“Hace una semana nos comunicaron que la Reina Letizia vendría a Lerma a inaugurar la Exposición de las Edades del Hombre. Invitaron a la priora a asistir al acto, pero, como nosotras somos monjas contemplativas, la Priora les contestó con mucho cariño que les acompañábamos con nuestra oración”. Así comienza el relato de las dominicas del monasterio de San Blas, en Lerma, de cómo llegó la Reina Letizia al convento durante su visita a Burgos para inaugurar una nueva edición de ‘Las Edades del Hombre’ ayer, 11 de abril.
Con motivo de la visita, el ‘reto del amor’ del día de hoy ha sido “tener un gesto de cercanía y amor hacia esa persona que está en este momento haciendo un servicio”. Y es que las dominicas de Lerma son conocidas como ‘las monjas del reto’ por los mensajes que lanzan todos los días, a las 07:50 horas, vía WhatsApp, y que llegan a miles de personas de todo el mundo para proponerles una forma nueva, cada día, de vivir el amor.
Las religiosas continúan su relato explicando cómo no se quedaron conformes con que la priora no pudiese acudir y se les “ocurrió la idea de llamar a la Zarzuela” para invitar a la Reina a su monasterio. “Parecía una locura, ¡pero nos lanzamos a ello!”, dicen. Y así se abrió un proceso que comenzaba por enviar una carta de protocolo solicitando la visita, una negativa y, finalmente, la sorpresa de que Letizia iría al convento “a saludar” después de la inauguración.
Ver el corazón de las personas
“Nuestro objetivo era hacer llegar a la Reina nuestra oración y cercanía”, subrayan. Y llegó el momento. “Con tanto protocolo como habíamos hecho, la persona de la Reina Letizia se nos quedaba un poco lejana e inaccesible”, dicen. Sin embargo, a su llegada lo que encontraron fue “¡una persona!” que las saludó una por una, mostrando interés por cada religiosa.
“Te miraba a los ojos, nos preguntaba cómo estábamos, nos dio las gracias por escribir desde el amor y ayudar a tantas personas… Nos encontramos con una persona con corazón, sencilla y cercana”, añaden las religiosas. Y es que, tal como explican las dominicas, “Jesús miraba el corazón, miraba a los ojos de cada uno, veía a las personas, miraba más allá de lo que eran, veía su vida, lo que tenían detrás: una familia o un trabajo”.
“Cuántas veces en nuestro jefe, médico, decano, priora, director, coronel, obispo… vemos el cargo que ocupan, pero no vemos que detrás hay una persona, una persona con un corazón, con una familia, con unos amigos, con unas ilusiones, sufrimientos, gozos. En realidad, un corazón latiendo”. Eso fue lo que ayer descubrieron en la Reina Letizia, y, “a ella en persona, como a todos los que se acercan a nuestro Monasterio, le hemos ofrecido nuestra oración y nuestro cariño”.