Seis de cada 10 votantes católicos que elegirán a Santiago Abascal en las elecciones generales del próximo 28 de abril respaldan su restrictiva política migratoria, que como recogen sus ‘100 medidas urgentes para España’ se basa en: la deportación de todos los inmigrantes ilegales; la revisión de los tipos penales para “combatir a las mafias de la inmigración ilegal, así como para quienes colaboren con ellas, ya sean ONG, empresas o particulares”. Todo ello sin olvidar la necesidad de “levantar un muro en Ceuta y Melilla”.
Los creyentes de Vox, la opción preferida de 1 de cada 10 católicos, según la encuesta ‘El voto católico ante las elecciones del 28-A’, elaborada por NC Report para Vida Nueva, ven su principal preocupación en la unidad de España, que parece quitar el sueño al 90%. Le sigue el derecho a la vida, que preocupa a 8 de cada 10, y encuentra en esta formación su cuota más alta.
Más allá, abriendo el abanico a todo el arco parlamentario, la cuestión que más influye al votante católico a la hora de decidir su voto es la economía. La realidad es que un 74,8% del electorado creyente afirma sentirse influido por los asuntos económicos a la hora de decantarse por una u otra formación.
La principal preocupación de quienes creen en Dios se mantiene inmóvil si se compara con el mismo sondeo realizado por esta revista en 2016. Así, los cristianos no son una nota disonante en la sociedad española, puesto que, según el Macrobarómetro Preelectoral del CIS, el principal problema que existe en nuestro país hoy es el paro (39,5%), seguido de la política (12,8%), la corrupción y el fraude (11,9%) y los problemas de índole económica (8,2%). Ni la cuestión catalana, ni la inmigración, las políticas sociales o cualquier otra variable supera el 4%.
Ante los comicios, este sondeo toma el pulso al electorado católico para conocer qué determinará su voto. Tras la citada preocupación por la economía, las políticas sociales (59%), la unidad de España y el independentismo (56,8%) y la protección de la familia y defensa de la vida (55,7%) agrupan a más de la mitad de los electores. Menos importancia le dan a la corrupción (46,8%), la política migratoria (31,7%) o la defensa de la libertad religiosa, que solo es importante para determinar el voto en el 28,5% de los católicos.
Los escenarios son bien diferentes entre los católicos que eligen a cada partido. Los fieles a Pedro Sánchez le votan por sus políticas sociales (75,2%), sus propuestas en materia económica (65,3%), su lucha contra la corrupción (54,2%) y su manera de afrontar la unidad de España (52,2%). De entre quienes eligen a Pablo Casado, el 86,6% se decantan por él atendiendo al plano económico. En segundo lugar, eligen al de Génova por su defensa de la unidad de España (77,2%) y su defensa de la familia y la vida (67,4%).
En relación a los creyentes de Unidas Podemos, 9 de cada 10 muestran su apoyo a Pablo Iglesias atendiendo a las políticas sociales. 7 de cada 10 lo eligen por su lucha contra la corrupción, que son, muy sobradamente, las dos únicas variables que preocupan a más de la mitad de los católicos de la formación morada. Por su parte, quienes eligen a Albert Rivera lo hacen principalmente por su política económica y la defensa de la unidad de España frente al independentismo. De hecho, 8 de cada 10 señalan ambas preocupaciones.