El cardenal Rubén Salazar pide no ver la Semana Santa como “algo que pasó, sino como un llamado a la acción”

Rubén Salazar, cardenal primado de Colombia y arzobispo de Bogotá, ha hecho extensiva la invitación a todo el pueblo colombiano a vivir esta Semana Santa como “un tiempo de gracia y salvación”, especialmente en el amor hacia los demás que se manifiesta en cada uno de nosotros tras la resurrección de Cristo. Así lo ha expresado en un mensaje publicado en el portal de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC).

“Como lo dice la palabra, es una semana especial en el contexto del año, es una semana dedicada especialmente a Dios”, de este modo inició el purpurado. Para experimentar con intensidad estos días, ha recordado cada uno de los momentos importantes de este tiempo litúrgico como el domingo de ramos, la última cena, muerte en la cruz y la resurrección.

Nos invita a actuar

“Es una semana en la cual acompañamos a Jesucristo, nuestro Señor, desde su entrada triunfal a Jerusalén, que celebramos el domingo de ramos, pasando por la última cena el jueves santo en la tarde, donde él instituye la eucaristía y el sacerdocio  y nos da  el mandamiento del amor”, ha dicho.

Asimismo el también presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha destacado que el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo no debe mirarse como “algo que sucedió hace algún tiempo”, al contrario es algo que siempre nos invita a actuar, porque “la resurrección del Señor significa que Dios ha vencido definitivamente la muerte”.

Tiempo de recogimiento

En cuanto a la pascua de resurrección, el cardenal ha expresado que Dios “nos ha dado la vida y nos invita a unirnos permanentemente a su hijo para poder tener nosotros la vida que se manifiesta en el amor, especialmente a los demás en la familia, en el trabajo, a los más pobres, a los más necesitados, a los que necesitan de nuestra ayuda”.

Finalmente ha pedido que durante la Semana Mayor “dediquémosle un poquito de tiempo al recogimiento, a escuchar la palabra de Dios, a participar en las celebraciones litúrgicas, pero sobre todo a entrar en una profunda revisión de nuestra vida, para que de esa manera podamos celebrar dignamente estos misterios y llenarnos de la luz, de la fuerza, del amor, de la gracia que él nos da”.

Foto CEC