El Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado por el papa Francisco el pasado 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi junto al gran imán de la universidad egipcia de Al Azhar, Ahmed al Tayyeb, principal líder religioso del islam suní, es una “hoja de ruta” que pretende “conducir al mundo hacia lo esencial”, la necesidad de “fraternidad, paz y coexistencia”.
Es la opinión que manifestó el obispo español Miguel Ángel Ayuso, secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, en un encuentro con periodistas y diplomáticos organizado por el observatorio Mediatrends en Roma este miércoles, 17 de abril.
Ayuso manifestó que la declaración suscrita por el Papa y Al Tayyeb no tiene solo un carácter “islámico-cristiano”, ya que estuvieron trabajando en ella 700 representantes de diversas comunidades de fe. Este documento, que sigue la línea mostrada por Jorge Mario Bergoglio desde el principio del pontificado para invitar a la humanidad a vivir “en un espíritu de respeto y de fraternidad”, subraya el “patrimonio de valores” que tienen las diferentes religiones para favorecer “la creación de un clima de mayor respeto y de mayor amistad”.
La gran aportación del documento impulsado a principios de febrero en la capital de Emiratos Árabes Unidos es que “pone en marcha” a los fieles de los distintos credos y a las personas de buena voluntad “para recordarnos que no tenemos solo que quejarnos, sino que debemos proponer también unos valores y vivirlos”, subrayó el ‘número dos’ del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, cuyo último presidente, el cardenal francés Jean-Louis Tauran, falleció en julio del año pasado.
La necesidad de ofrecer un “ejemplo modélico” a la hora de experimentar la fraternidad se hace hoy más necesaria debido a la eclosión de un “un ‘supremacismo’, un populismo que pone en riesgo los valores más fundamentales de nuestro sistema democrático mundial a través del cual intentamos vivir en este espíritu”, advirtió Ayuso, lamentando cómo las redes sociales contribuyen a “difundir el rechazo al otro y promover la división”.
El obispo sevillano recordó en su alocución el papel que tienen los líderes de las comunidades religiosas para “trabajar en modo positivo para crear fraternidad y ser una plataforma para mostrar que, a pesar de diferencias, podemos construir un mundo mejor”. En el camino hacia esos objetivos destacó la necesidad de “mantener la propia identidad, conocer al otro y no caer en el proselitismo”.