“Sed revolucionarios, id a contracorriente, revelaos ante una cultura de lo provisional”. Es el encargo que ha lanzado hoy el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, a cuantos le escuchaban en la Plaza Mayor de Valladolid en la mañana del Viernes Santo. Osoro ha sido el encargado de pronunciar este año el tradicional Sermón de las Siete Palabras en el que ha condenado el relativismo que “predica que lo importante es disfrutar el momento, no comprometerse con las personas y con opciones definitivas”.
Ante más de un millar de personas, ha puesto en valor la cultura del encuentro capitaneada por el Papa Francisco como alternativa a la “desertización espiritual” que se manifiesta en la “amnesia cultural, agnosticismo intelectual, anemia ética o asfixia religiosa”. Convencido de que “otro mundo es posible”. el purpurado reivindicó la necesidad de buscar fórmulas para lograr este cambio, por ejemplo, “mediante un trabajo decente y estable”.
En esta línea, hizo un llamamiento al “respeto absoluto” de los derechos humanos y de la conviencia: “No queremos estar peleados y divididos, deseamos ser familia; no hablamos de revanchas, deseamos cuidar unos de otros; necesitamos vivir como hermanos y por eso eliminar la envidia, la discordia, la violencia”. “Es necesario recuperar la memoria de cómo se vive como hermanos”, enfatizó.
Anticipándose a la Pascua, invitó a los fieles a convertirse en buena noticia “para que todos los hombres puedan experimentar la alegría” de Jesús porque cuando el mundo “está triste y es negativo es porque olvida el retrato verdadero del hombre que tan maravillosamente ha revelado Jesucristo con su vida”.
Entre las autoridades que han acompañado a Osoro en esta jornada central para la Semana Santa de Valladolid se encontraban la ministra de Comercio, Turismo e Industria, Reyes Maroto y el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. Asimismo, también han asistido el presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, y el secretario general del Episcopado y auxiliar de la diócesis castellana, Luis Argüello.