Francisco lleva el mensaje del Resucitado desde Sri Lanka a Nicaragua en la bendición Urbi et Orbi

  • El Papa ha repasado la situaciones que viven los más indefensos en Sri Lanka, Siria, Oriente Medio, Yemen, Libia, Burkina Faso, Mali, Nigeria, Camerún, Sudán, Sudán del Sur, Ucrania, Venezuela y Nicaragua
  • El Pontífice emplea las palabras de su última exhortación ‘Christus vivit’ para felicitar la Pascua y ha impartido su bendición más solemne ante 70.000 fieles

Francisco lleva el mensaje del Resucitado desde Sri Lanka a Nicaragua en la bendición Urbi et Orbi

La mente de Francisco en esta mañana de Pascua, concluida la celebración eucarística, estaba con el pueblo sirio y los refugiados que han huido al Líbano y a Jordania, con los cristianos que viven las tensiones de Oriente Medio especialmente entre cristianos y palestinos, con Libia, Burkina Faso, Mali, Nigeria Camerún y Sudán, también mira esperanzadamente a Sudán del Sur, con los ucranianos de las regiones orientales del país europeo y con Venezuela y Nicaragua. El Papa no se ha olvidado de Sri Lanka, tras las explosiones en tres iglesias que se encontraban celebrando la misa pascual y varios hoteles provocando, al menos, 150 muertos y 400 heridos.

Francisco ha recibido “con tristeza” la noticia que ha llenado de “luto y dolor” algunas iglesias del país asiático de mayoría budista. El Papa ha manifestado “su cercanía a la comunidad cristiana, sacudida mientras esta reunida en oración” y “a todas las víctimas de esta violencia cruel”. “Confío al Señor a todos los que trágicamente han desaparecidos y rezo por todos los heridos y todos aquellos que sufren debido a este dramático acontecimiento”, añadió.

¡Cristo vive!

El papa Francisco ha empleado como palabras de felicitación Pascual los dos primeros párrafos de la exhortación ‘Christus vivit’, título que nos sitúa directamente en la confesión de fe pascual más genuina. “Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo”, repitió. “La resurrección de Cristo es el comienzo de una nueva vida para todos los hombres y mujeres, porque la verdadera renovación comienza siempre desde el corazón, desde la conciencia”, ha señalado invitando a comenzar “un mundo nuevo, liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte”.

Además, en recuerdo del 70 aniversario de la primera aparición de un pontífice por la televisión he pedido que todos que se empleen los medios de comunicación para difundir la Buena Noticia de la Pascua.

De Siria a Tierra Santa

Por eso, insistió el Papa, Jesús “no abandona a los que se encuentran en el momento de la prueba, en el dolor y en el luto”. Por eso, Bergoglio ha pedido esperanza “para el amado pueblo sirio, víctima de un conflicto que continúa y amenaza con hacernos caer en la resignación e incluso en la indiferencia”. Por eso, Francisco reclamó que “es hora de renovar el compromiso a favor de una solución política que responda a las justas aspiraciones de libertad, de paz y de justicia, aborde la crisis humanitaria y favorezca el regreso seguro de las personas desplazadas, así como de los que se han refugiado en países vecinos, especialmente en el Líbano y en Jordania”.

Siguiendo en Oriente Medio, el papa condenó las “divisiones y tensiones” de la zona y pidió a los cristianos que “no dejen de dar testimonio con paciente perseverancia del Señor resucitado y de la victoria de la vida sobre la muerte”. “Que la luz de la Pascua ilumine a todos los gobernantes y a los pueblos de Oriente Medio, empezando por los israelíes y palestinos, y los aliente a aliviar tanto sufrimiento y a buscar un futuro de paz y estabilidad”, añadió.

La esperanza de África

A Francisco le preocupa también la situación Yemen, especialmente “los niños, exhaustos por el hambre y la guerra”. “Que las armas dejen de ensangrentar a Libia”, reclamó, ya que ha denunciado que “en las últimas semanas personas indefensas vuelven a morir y muchas familias se ven obligadas a abandonar sus hogares”. Por ello, instó “a las partes implicadas a que elijan el diálogo en lugar de la opresión, evitando que se abra”.

El pontífice se ha lamentado que el “amado continente africano” esté “lleno todavía de tensiones sociales, conflictos y, a veces, extremismos violentos que dejan inseguridad, destrucción y muerte”. En concreto, se ha referido a la situación de Burkina Faso, Mali, Níger, Nigeria, Camerún y Sudán, país que, ha señalado, “está atravesando un momento de incertidumbre política y en donde espero que todas las reclamaciones sean escuchadas y todos se esfuercen en hacer que el país consiga la libertad, el desarrollo y el bienestar al que aspira desde hace mucho tiempo”.

No se ha olvidado de Sudán del Sur, para quien ha pedido que el retiro espiritual realizado en el Vaticano produzca sus frutos para que “se abra una nueva página en la historia del país, en la que todos los actores políticos, sociales y religiosos se comprometan activamente por el bien común y la reconciliación de la nación”.

Europa y América

También ha querido resaltar que las regiones orientales de Ucrania “siguen sufriendo el conflicto todavía en curso”. Por ello, ha deseado “que el Señor aliente las iniciativas humanitarias y las que buscan conseguir una paz duradera”.

Mirando al pueblo latinoamericano, ha pedido por quienes “sufren las consecuencias de situaciones políticas y económicas difíciles”. En concreto, ha denunciado que en Venezuela hay “tantas personas carentes de las condiciones mínimas para llevar una vida digna y segura, debido a una crisis que continúa y se agrava” por eso ha pedido que los dirigentes trabajen “para poner fin a las injusticias sociales, a los abusos y a la violencia, y para tomar medidas concretas que permitan sanar las divisiones y dar a la población la ayuda que necesita”. También ha deseado que en Nicaragua se llegue “lo antes posible una solución pacífica y negociada en beneficio de todos”.

Puentes, no muros

Para todos, a pedido que ante estas realidades “el Señor de la vida no nos encuentre fríos e indiferentes” y que “haga de nosotros constructores de puentes, no de muros”. “Que Él, que nos da su paz, haga cesar el fragor de las armas, tanto en las zonas de guerra como en nuestras ciudades, e impulse a los líderes de las naciones a que trabajen para poner fin a la carrera de armamentos y a la propagación preocupante de las armas, especialmente en los países más avanzados económicamente”, ha denunciado abiertamente.

Ya pensando en el compromiso de los cristianos a pedido que el Resucitado “abra nuestros corazones a las necesidades de los menesterosos, los indefensos, los pobres, los desempleados, los marginados, los que llaman a nuestra puerta en busca de pan, de un refugio o del reconocimiento de su dignidad”.

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