Tras dos años de trabajo, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) a través del departamento de comunicación y prensa, en coordinación con la Secretaría de comunicaciones sociales del Vaticano, ha dado a conocer los resultados de la investigación ‘Cultura digital en América Latina: Investigación inter-universitaria educación y evangelización’, que recoge los distintos trabajos realizados por especialistas interesados en indagar el impacto de la inclusión de las nuevas tecnologías en la familia. Así lo dio a conocer el CELAM en su portal.
Este trabajo investigativo se realizó en siete países: México, República Dominicana, Paraguay, Cuba, Bolivia, Chile y Colombia, bajo la gestión de la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL), con el apoyo ejecutivo del Centro de Comunicación Educativa (Cedal), con sede en Colombia, que conformó los equipos de investigación. La financiación estuvo a cargo de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.
La investigación inició en agosto de 2015 y terminó en el año 2017, cuyo objetivo fue “identificar la apropiación de las TIC en la configuración de la cultura digital” especialmente entre los miembros familias latinoamericanas para “comprender los cambios de interacción comunicacional, de fractura generacional, de vivencia religiosa, de desempeño de los roles de nativos digitales” como también la incidencia en todos sus contextos (local, nacional, regional y continental) de una sociedad cada vez más globalizada.
Igualmente todo este esfuerzo ha buscado “facilitar la labor educativa y evangelizadora” como además ha contribuido a las conclusiones y recomendaciones del Sínodo de la familia realizado en 2016.
El proyecto en su totalidad exploró los cambios significativos que los dispositivos y artefactos tecnológicos tienen sobre la familia, para ello se encuestó a 1.280 personas, integrantes de diversos núcleos familiares de los siete países, en la que el 61% de los participantes fueron mujeres, con una edad media de 33 años, en su mayoría practicantes del catolicismo.
Según los responsables de la investigación “la familia se convierte en un tema de estudio obligado, por cuanto está en juego su estructura y el mismo concepto clásico o tradicional de ella”, por tanto el trabajo tiene un carácter acumulativo, lo cual significa que “cada país hizo un rastreo en los estudios sobre familia hechos más recientemente”.
Signada por la polarización y la amenaza del recrudecimiento de la violencia, el estudio demuestra que la era digital en un país como Colombia “no parece haber permeado en un 100% aún todas las instancias, las instituciones”, en otras palabras, “la vida cotidiana aún se construye en ámbitos distintos al tecnológico”.
Asimismo en el país cafetero “el mundo de la vida en la familia transcurre entre las vicisitudes propias del día a día”, por lo cual solo existe una apropiación tecnológica asociada al carácter instrumental que el uso permite, aun cuando los propios encuestados han aseverado que “hay diálogo familiar y una construcción de relaciones en espacios domésticos y en otros escenarios de interacción social”.
No cabe duda –se puede apreciar en las conclusiones realizadas– “el potencial de las tecnologías se vislumbra aún grande y posible”. No obstante, queda mucho camino para lograr construir contenidos y narrativas que contribuyan al empoderamiento de temas como los derechos humanos y construcción de paz, por lo que hay “una tarea pendiente para los educadores y para los agentes de pastoral”.
Entre las conclusiones del trabajo se encuentran que “la familia del continente está inmersa en el contexto digital, confirmando así la tendencia global del mundo”, resultando el celular (27%), WhatsApp (26%), la computadora (13%) y Facebook (12%) como los medios más usados por los encuestados.
Asimismo los participantes del estudio han reconocido que los niños y jóvenes “suelen aislarse, sobre todo, cuando no hay ningún control de tiempo y de dedicación”, pese a que también aseguran que “las tecnologías digitales contribuyen a la comunicación intrafamiliar (73% ve importante la relación familiar) en tiempo real, acortando las distancias con los miembros migrantes en otros países o regiones”.
Por otra parte, una de las constataciones que arroja la investigación es la modificación de la estructura familiar tradicional: “en los últimos años la nuclear [padre y madre] tiende a disminuir, predominando las familias monoparentales, la fragmentada, la extensa y la atípica, formada por diferentes grados de parentesco y amistades”.
Finalmente con estos resultados, las organizaciones involucradas han expresado que buscan “iluminar el trabajo pastoral y el quehacer de la Iglesia, instituciones religiosas y civiles que se desempeñan en el ámbito digital”.
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