La escuela pública, concertada y las parroquias, unidas en el I Espacio de Verano Sur de España

  • Vida Nueva habla con el Diego Quesada, presidente de la Asociación Profesores de Religión, organizadora de las jornadas
  • “Los maestros quieren recursos, estar al día en los gustos de los niños, en las nuevas tecnologías y pedagogías para aplicarlas a su aula y a la pastoral juvenil”

Una alumna en clase de Religión/EFE
“Los profesores de religión y catequistas están huyendo de los libros, quieren recursos, estar al día en música, en los gustos de los niños, en las nuevas tecnologías y pedagogías para aplicarlas a su aula y a la pastoral juvenil”, ha dicho a Vida Nueva Diego Quesada, presidente de la Asociación Maestros de Religión de Andalucía, entidad organizadora del I Espacio de Verano Sur de España, en colaboración con PPC, la Fundación SM, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y el Instituto Superior de Ciencias de las Religiones de Barcelona.

Atendiendo a la demanda de los profesores de esta asignatura de “estar al día y de recibir instrumentos para ello”, la organización ha optado por “hacer una formación con un formato diferente, fuera de las aulas, que se corresponda con la realidad de las escuelas y de las personas que se mueven a nivel de parroquia”. Algo, en definitiva, “que tenga que ver con el siglo XXI”.A partir de ahí se ha desarrollado un itinerario que tendrá lugar entre el 1 y el 3 de julio orientado a maestros de religión de la escuela pública o concertada, religiosos, coordinadores de pastoral juvenil y vocacional y sacerdotes, y que, si bien se celebra en Granada, está abierto a asistentes de cualquier punto de España.

Defender la asignatura

Entre las actividades más significativas de la Asociación no solo se encuentra la defensa de la asignatura de Religión y de los trabajadores, sino también en el apoyo a las actividades culturales y formativas que llevan a cabo con diversas entidades y de las cuales este curso es ejemplo. “Nosotros llevamos tiempo reivindicando, en primer lugar, un convenio a nivel de maestros de Religión, sobre todo en primaria”. Y es que el caso de Andalucía “es muy peculiar, ya que los compañeros que dan clase en Secundaria dependen de la Comunidad Autónoma, mientras que nosotros dependemos del Ministerio de Educación”. Esto causa “muchísimos problemas”, a los profesores, que reclaman un convenio porque están “en tierra de nadie”.

Por otra parte, Quesada explica que otro aspecto importante es “la estabilidad de la asignatura, que debe reforzarse”. Sin embargo, considera que hacer esto “corresponde a la Conferencia Episcopal”, ya que, en pleno siglo XXI, “la asignatura de Religión tiene que cambiar”. Ejemplo de ello es el caso de Andalucía, comunidad en la que hay profesores de religión islámica y evangélica, por lo que hay centros en los que, cada vez que llega la hora de impartir la asignatura, la clase se divide. “Esto quiere decir que son cuatro profesionales interviniendo en una sola hora lectiva, y esto es un disparate”, asevera.

Si bien es cierto que desde la organización consideran que la religión católica debería tener un mayor porcentaje en el curriculum debido a su carácter arraigado en nuestro país, Quesada apunta a que “los obispos deben dialogar con los representantes de las otras religiones para encontrar una nueva forma de afrontar la asignatura por la transmisión de valores y cultura que supone”.

La importancia de la Religión

En cuanto a que sea evaluable o no, Quesada manifiesta que “todas las asignaturas se evalúan, y si no lo haces o no cuenta para la media le estás quitando rigor”. La asignatura de Religión “es una forma de integrar de forma integral al alumno, dandole una serie de contenidos que no solo le ayudan a saber más, sino a ser más persona, a tener una serie de herramientas que va a poner en práctica en su vida”. Esto va a influir en la creación de una “sociedad más democrática y en libertad, con unos valores bien cimentados”.

Por eso, Quesada denuncia que una de las ideas propuestas por los partidos políticos sea la de reducir el tiempo lectivo de la asignatura a de 90 a 45 minutos semanales, lo cual considera que es “insuficiente” para una materia que “aporta el sentido de la vida, de la responsabilidad con la naturaleza, con las personas, que nos enseña a ser buenos ciudadanos”. Además, podría significar que “más de la mitad del profesorado de Religión se vaya al paro”.

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