España

¿Qué han dicho los líderes de los partidos sobre la Iglesia en el debate electoral?





El segundo debate electoral televisado entre los cuatro principales candidatos a la presidencia del Gobierno llevó a escena cuestiones sobre política social, como el aborto, la eutanasia, la educación concertada y las migraciones, vinculadas de forma directa o indirecta a los principios morales y la Doctrina Social de la Iglesia.

Así, cuando los moderadores de la cita organizada por Atresmedia, Ana Pastor y Vicente Vallés, plantearon a los diferentes partidos la cuestión del aborto. “Toda mujer que quiera ser madre tendrá todo el apoyo de la administración. Tenemos un problema de natalidad. Nuestra propuesta es a favor de la vida y lo que diga el Tribunal Constitucional, lógicamente, lo acataremos”, expuso el presidente del Partido Popular, Pablo Casado.

Para el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, “la ley del aborto que tenemos ahora mismo, muy similar a la que existe en muchos países europeos, nos parece muy razonable”. Mientras, el máximo responsable de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, comentó a sus contrincantes que “no hay que ser hipócritas: todos estaríamos de acuerdo en privado con la interrupción del embarazo”.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitó referirse al aborto y redirigió la cuestión hacia la eutanasia. “Han obstaculizado hasta 19 veces en el Congreso la regulación de la muerte digna”, recriminó a los candidatos del PP y Ciudadanos, para subrayar después que “quien ha recortado el sistema nacional de dependencia ha sido el Partido Popular”.

Los candidatos a presidir el Gobierno: Pablo Casado, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Albert Rivera/EFE

Casado presentó a su formación como “un partido pionero en la regulación de la muerte digna”, poniendo como ejemplo las normas autonómicas de Galicia y Madrid. “Una cosa es la sedación y otra el encarnizamiento terapéutico”, subrayó, lamentando que sus contendientes quisieran “abordar cuestiones morales solo por arrancar unos cuantos votos”. En relación al reciente caso de Ángel Hernández, que ayudó a morir a su esposa, María José Carrasco, Casado reconoció que “lo escandaloso es que una mujer tenga que esperar años para recibir una atención digna”.

“Señor Casado, rectifique”, exclamó Albert Rivera, quien mostró su deseo de “regular la muerte digna y la eutanasia”. “El dolor no entiende de ideologías y la caridad, tampoco”, señaló el líder de Ciudadanos, que relató su experiencia en primera persona sobre la enfermedad de su abuela para reivindicar los cuidados paliativos.

Mientras, Pablo Iglesias recordó que “nosotros presentamos una ley de eutanasia y el resto de partidos la rechazó”. “Deberíamos tener cierta altura al abordar esta cuestión.  A todos nos gustaría que nos ayudaran a morir”, dejó caer.

Diferencias en materia migratoria

Al abordar la cuestión migratoria, el líder socialista prometió “reforzar la cooperación con los países de origen y tránsito” dentro del marco de la Unión Europea. Además, presentó un plan para mejorar la protección de las vallas de Ceuta y Melilla, “sustituyendo las concertinas por otros sistemas más seguros”. Asimismo, señaló que “nosotros atendemos a esos seres humanos que están en riesgo de ahogarse, no los dejamos al pairo”.

Para Pablo Iglesias, es necesario que España alcance un pacto de Estado por la migración “que cumpla con la Declaración Universal de los Derechos Humanos”. Le afeó a Pedro Sánchez que “un gobierno democrático no puede permitir que un barco como Open Arms no pueda salir” para rescatar a los migrantes que cruzan el Mediterráneo. Además, reiteró su invitación al actual presidente del Gobierno para visitar un CIE y condenó el uso de concertinas en la frontera con Marruecos.

Casado señaló que, en los diez meses de Gobierno socialista, se ha vivido “la peor oleada de migrantes desde Zapatero”. Con este punto de partida, propuso trabajar para acabar con las mafias, “reforzar las fronteras y, al mismo tiempo, ser solidarios, a través de un Plan Marshall con los países de origen”.

Para Rivera, “el mejor amigo de la xenofobia es el buenismo”. Bajo esta tesis, apostó por “una regulación abierta, especialmente con los países latinoamericanos”. Además, ofreció “una mano tendida a las personas que vengan reguladas y mano dura con las mafias”. “Pactemos la migración, es un asunto de Estado”, concluyó en su intervención.

¿Habrá pacto educativo?

Preguntados por la política educativa y la ausencia de un pacto en estos años de democracia, Albert Rivera acusó al Partido Socialista de “romper” el intento más reciente por llegar a un acuerdo entre todos los grupos parlamentarios. Desde ahí, reivindicó que tanto el español como el inglés se conviertan en lenguas vehiculares del Estado.

Por su parte, Pedro Sánchez centró su discurso en la necesidad de “revertir los recortes” ejecutados, según él, por el Partido Popular, a la vez que se comprometió a aplicar el anteproyecto elaborado por la ministra Isabel Celaá.

Pablo Iglesias se presentó como el garante de la “educación pública” y expresó que “no se pueden subvencionar con dinero de todos los ciudadanos a los colegios que segregan por sexo”. “Si la Constitución recoge que la educación es un derecho, hay que hacerla gratuita, tanto la Infantil, la Secundaria, la Formación Profesional y la Universidad”, concretó.

En esta misma línea, vaticinó que será posible llegar un acuerdo porque, según él, “con la derecha va a ser difícil”. “Creo que los gobiernos socialistas permitieron un poder excesivo de la Iglesia católica a la hora de controlar la educación de nuestros niños y niñas con dinero público”, sentenció.

El líder del PP puso en valor la necesidad de reforzar “la libertad educativa” haciendo manifiesto su apoyo a la escuela concertada. De la misma manera, mostró su intención de sacar adelante un MIR para profesores y el refuerzo de la FP dual.

Al margen de estas cuestiones, la única referencia directa a la Iglesia en todo el debate corrió a cargo del máximo responsable de Unidas Podemos, al afear al presidente del Gobierno que “no denunciara el Concordato con el Vaticano”. Por otro lado, le jugó una mala pasada un juego de palabras cuando quiso ironizar sobre la victoria del PSOE el próximo 28 de abril, al asegurar que “quien entra en la curia como papa, sale como cardenal”, cuando el dicho popular no utiliza el término “curia”, sino “cónclave”.

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