España

García Beltrán a los religiosos: “No os canséis de estar a la vanguardia, en la frontera”

  • El obispo de Getafe abre la 48ª Semana de Vida Consagrada centrada en la reforma de la Iglesia
  • “Reforma sí; no restauración ni ruptura”, exhorta el director del Instituto Teológico de Vida Religiosa
  • La presidenta de CONFER invita a un cambio de estructuras “con lucidez y responsabilidad”





La 48ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada ya está en marcha. El auditorio Ángel Herrera acogió la apertura de tres intensos días de formación organizado por el Instituto Teológico de Vida Religiosa de los claretianos.

En el acto inaugural, durante el que se homenajeó al fallecido cardenal Fernando Sebastián, participaron el presidente de la Fundación Pablo VI, Ginés García Beltrán; la presidenta de CONFER, Mariña Ríos; y la presidente de CEDIS, Vicenta Estellés. Junto a ellos, como anfitriones, el director del ITVR, Carlos Martínez Oliveras, así como el provincial de los claretianos, Pedro Belderrain.

El obispo de Getafe y presidente de la Fundación Pablo VI, Ginés García Beltrán, instó a los religiosos a “iniciar procesos y no poseer espacios”. “No podemos quedarnos encerrados. Hay que estar en salida misionera, como nos pide el Papa Francisco, para lo que necesitamos una verdadera conversión personal y pastoral, conversión en la santidad y en las estructuras”, expresó el prelado.

El ser y el hacer de los consagrados

“¿Qué os pediría yo como obispo y como cristiano a los consagrados”, planteó ante un auditorio repleto. “Que vuestra presencia como sujetos e instrumentos de esta reforma eclesial se centre primero,  en ser lo que sois. Es muy importante lo que hacéis y si no estuvierais, ¿qué sería de la Iglesia? Pongo de relieve lo que sois y lo que aportéis vuestros carismas. Cuando un provincial me dice “nos vamos”, me parece desgarrador”, reflexionó.

De la misma manera, les invitó a “suscitar experiencia de Dios, sed espacios teológicos”. “La vida consagrada nació para ser vanguardia, en la enseñanza, en lo social, en la acción caritativa…. No os canséis de vivir vuestra vocación de vanguardia, de frontera, de periferia. Porque allí donde no llegamos nosotros, vosotros sí lo hacéis . La vida consagrada no está muerta”, enfatizó.

Volver a los orígenes

Sobre el proceso de reforma que vive la Iglesia, García Beltrán destacó que  “nuestra realidad ha dejado de ser unidireccional, como una calzada romana, sino como un cruce de caminos que nos interpela y tenemos que responder volviendo a los orígenes, a las fuentes”.

“No hay más reforma que la vuelta a Jesucristo para llenarnos de lo esencial, de lo que nos identifica, de la frescura de la persona de Cristo, lo que no significa prescindir de nuestra historia”, enfatizó.

Dejar el “siempre se ha hecho así”

En esta línea, apuntó que “estamos en tiempos ciertamente de reforma y ya no vale el ‘siempre se ha hecho así’. Sin duda que el Evangelio que anunciamos es el mismo porque Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre, pero debemos servir al hombre de cada época. Nuestra misión es estar donde está la gente, incluida en la plaza digital”.

García Beltrán compartió además con el auditorio unas palabras del cardenal Sebastián tras la elección de Bergoglio como Papa en el que invita a “no obsesionarse con los cambios y con el cambio, sino poner los acentos en la fidelidad y autenticidad de nuestra vida”.

Libertad y desprendimiento

Por su parte, la presidenta de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Mariña Ríos, llamó a “acoger el tiempo actual como tiempo de Dios, con lucidez y responsabilidad, desde la búsqueda y discernimiento, con libertad y desprendimiento para dejarnos conducir con el Espíritu”.

La religiosa de la Compañía llamó a los religiosos a ser “mujeres y hombres de esperanza” que estén “anclados en lo fundamental, en el Señor de Jesús” para crear espacio de hospitalidad “allí donde el mundo excluye y deja fuera”.

En manos de Dios

“Las propuestas solo son verdaderas cuando emergen desde el fondo, desde el Evangelio que se encuentra con la realidad”, señaló sobre la llamada a la reforma que promueve el encuentro. “Los odres nuevos hacen referencia a los cambios de estructuras que estamos acometiendo en las instituciones, reestructurando comunidades y obras. Lo estamos haciendo para buscar un camino para el Reino, con la certeza espiritual de que estamos en manos de Dios”, explicó Mariña Ríos.

De la misma manera, puso en valor el trabajo en la misión compartida con los laicos, los proyectos intercongregacionales, la apuesta intercultural, como signo “frente al rechazo al extranjero y al migrante que estamos viendo”. “Estamos empeñados en el acompañamiento a los débiles y a los frágiles, en el cuidado de la tierra. Estamos humildemente abriendo caminos”, comentó.

Reconocernos como hermanos

Victoria Estellés, como presidenta de la Conferencia Española de Institutos Seculares (CEDIS), comentó la necesidad de “favorecer relaciones que permitan configurar un mundo nuevo en el que nos reconozcamos como hermanos”. Desde ahí, señaló cómo “la Iglesia nos necesita unidos a los consagrados, para no derramar ni una gota del Evangelio”.

En su intervención, el superior provincial de los Claretianos de Santiago, Pedro Belderrain, verbalizó una petición de “perdón que iría acompañado de un dolor bien profundo si en cualquier momento de este camino alguno de nosotros hubiera cruzado la línea de la barbaridad, el abuso, el desprecio o la falta de respeto a los santuarios sagrados que son el cuerpo, la intimidad y la conciencia de cada persona, sobre todo de las más castigadas por la vida, la injusticia o las consecuencias del pecado”.

Este perdón se extendió también a las situaciones en las que “hemos podido ser cómodos o cobardes”, especialmente cuando “hemos dejado que mujeres consagradas hayan vivido y defendido casi sin compañía masculina lo que deberíamos vivir y defender todos”.

Fidelidad creativa

Por su parte, el director del ITVR, Carlos Martínez Oliveras, se adentró en el programa para subrayar que “la hermenéutica de la reforma en la continuidad es siempre la clave para desarrollar una fidelidad creativa, una lealtad a los principios fundamentales recibidos de la tradición para actualizarlos a los nuevos tiempos cada vez más desafiantes y que avanzan con velocidad de vértigo”. “Reforma sí, digo bien, y no restauración. Reforma, sí, digo bien, y no ruptura”, comentó.

Martínez Oliveras fue más allá al afirmar que “estos tiempos nuevos, en los que no hay lugar ni para el duelo ni para la espera, exigen del hombre una novedad radical. No basta una simple adaptación. No es suficiente limpiar el cristal del escaparate. Es necesario renovar el interior. ¡Vino nuevo, en odres nuevos!”.

Sin claudicar a la mundanidad

Así planteó la necesidad de “repensar las estructuras con audacia y creatividad”, haciendo hincapié especialmente en materia formativa de las nuevas generaciones, consciente de que “solamente mirando a Jesús, podemos dar pasos seguros y hacia delante”.

De esta manera, planteó que “la santidad es el verdadero camino de la reforma de la Iglesia y, por tanto, de la vida consagrada”. Para ello, sugirió que ha de conformarse con el Evangelio y con los signos de los tiempos “sin claudicar a los valores de la mundanidad, ni ceder ante las presiones ideológicas. Sencillamente actualizarse, ‘aggiornarse’, para servir mejor a los hombres y mujeres de nuestro tiempo”.

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