Los obispos de México manifestaron su gratitud con el papa Francisco, luego de que el Pontífice respondiera a su solicitud de ayuda solidaria para atender la emergencia humanitaria que se vive en el país con la llegada de caravanas de migrantes procedentes principalmente de Centroamérica.
En un comunicado firmado por Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), así como por Alfonso Miranda Guardiola, obispo Auxiliar de Monterrey y secretario General de la CEM, los obispos del país aseguraron que la grave crisis humanitaria continúa: “Son numerosas las caravanas centroamericanas que han entrado a nuestro país, a partir de octubre 2018”.
Tan solo en el mes de febrero del 2019 sumaban ya más de 75,000 personas, y 100 mil en marzo, según reportan autoridades americanas que han detenido a esa cantidad de personas en su frontera sur.
Los obispos mexicanos explican que entre los migrantes que cruzan por México se encuentran: quienes están esperando respuesta a su solicitud de asilo como refugiados en los Estados Unidos; quienes han sido repatriados; quienes están intentando cruzar ilegalmente y quienes se han disgregado en diferentes partes de la República Mexicana, esperando una nueva oportunidad de cruzar a los Estados Unidos, más los que se quedarán finalmente en México.
Por tal motivo –señalaron– un número muy grande de agentes de pastoral católicos han estado acompañando y asistiendo a las caravanas de migrantes en sus albergues, en su travesía hacia los Estados Unidos, huyendo de la pobreza y la violencia que encuentran en sus países de origen.
Debido a la llegada de nuevas caravanas, los obispos consideran que la crisis humanitaria seguirá en aumento. “Los hermanos migrantes son acogidos en albergues atendidos en gran mayoría, por agentes de pastoral de la Iglesia católica, pero también por numerosos organismos de la sociedad civil, y de otras iglesias, ofreciéndoles, tanto como ha sido posible, ayuda humanitaria, moral y espiritual”.
Detallaron que en las fronteras norte y sur, estos lugares de acogida se encuentran sobrepoblados, y entre los habitantes de los pueblos y ciudades donde se encuentran algunos de estos albergues, se han empezado a suscitar fuertes inquietudes ante campañas informales que “criminalizan” al migrante, e impiden que éstos puedan obtener un trabajo, rentar un departamento o circular tranquilamente por las calles.
“Son las redes de albergues de las diferentes diócesis y congregaciones religiosas, y de organismos civiles, las que están especialmente atendiendo hoy en día a decenas de miles de migrantes, mientras las autoridades, en muchos lugares, no se dan abasto y se ven muy rebasadas en cuanto a la ayuda y trato digno que merecen las personas migrantes”.
Ante ello, urgieron a una mayor y mejor vinculación entre la fuerte estructura pastoral y nacional de la Iglesia católica y el gobierno en todas sus instancias, “cosa que lamentablemente no se ha dado en la medida deseada y esperada ante una emergencia de esta naturaleza”.
Asimismo, refirieron que el pasado 15 y 16 de febrero de 2019 se realizó un Encuentro Nacional con responsables de Casas de Migrantes, organizado por la Dimensión de Movilidad Humana y la Secretaría General de la CEM, donde se escucharon las principales necesidades de estos albergues.
A finales del mes de febrero se les convocó de manera formal y organizada a elaborar proyectos para la atención a los migrantes en medio de la emergencia detonada, de manera que el donativo recibido del Papa fuera distribuido de forma ordenada, buscando su aplicación a la atención de las necesidades de los migrantes y la funcionalidad de las casas donde están albergados.
La CEM detalla que se recibieron 27 solicitudes de 16 Diócesis del país, de las cuales 13 proyectos han sido aprobados. “El recurso ya asignado a estos 13 proyectos corresponde al 48% del donativo recibido del papa Francisco y el recurso está en proceso de entrega. Otros 14 proyectos más están en proceso de verificación buscando garantizar la entrega ordenada y transparente de los recursos”.
Con estas acciones –señala la CEM- “por parte de la Iglesia católica, expresamos nuestra firme voluntad de seguir atendiendo esta crisis humanitaria, que viven nuestros hermanos migrantes, para que puedan seguir recibiendo ayuda, fruto de la caridad y solidaridad cristianas”.
Finalmente hicieron un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos para “acoger e integrar a los miles de migrantes que ya están en nuestro país”, a los medios de comunicación dar cobertura objetiva y justa, ante las caravanas que siguen llegando, y a los hombres y mujeres de buena voluntad, a “mirar con caridad y misericordia al hermano migrante que sufre, y a no cerrar el corazón y seguir apoyando”.