“¿Estamos ante una nueva fase de recepción del Concilio Vaticano II?”. Esta es la pregunta que vertebró la ponencia del profesor de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, Santiago Madrigal, en el seminario internacional ‘La Iglesia sinodal’, convocado por la Fundación Pablo VI y con la colaboración de PPC.
“Prefiero dejar la respuesta abierta, o al menos la tensión, siguiendo la mirada del Papa de que el tiempo es superior al espacio”, apuntó para lanzar otra pregunta que considera aún más pertinente. “¿Estamos verdaderamente ante una nueva etapa de evangelización? Si estamos a la altura del desafío misionero del presente, estaremos a la altura de afrontar una nueva fase de recepción del Concilio”, formuló.
Para el pensador jesuita, la exhortación apostólica programática ‘Evangelii gaudium’ “representa su reacción a la cuestión de la evangelización”, que sigue “línea transversal del Concilio de una Iglesia en salida misionera”, que ya había enfatizado la Conferencia de Aparecida del CELAM. De hecho, recordó cómo la exhortación tiene “el acento característico de la Iglesia de los pobres y la Iglesia pobre” propia de la Iglesia latinoamericana.
Llevar a cabo la reforma
“Lo más novedoso radica en la intención de devolver la recepción al sujeto eclesial, al pueblo fiel de Dios, proporcionando una recepción sinodal del Concilio Vaticano II”, apreció Madrigal, que comentó que “conversión misionera de la Iglesia y sinodalidad son los ejes del papa Francisco”. “A Francisco no le interesan los debates, sino llevar a cabo la reforma”, sugirió.
El profesor de Comillas hizo suya la tesis del cardenal Kasper sobre “continuidad y reforma” para reafirmar el empeño de Francisco por recuperar “la catolicidad de la Iglesia” que puso en primer plano el Vaticano II. Así, aplaudió el empeño de Francisco por mirar al Concilio para retomar la categoría del Pueblo de Dios y el concepto de servicio, impulsar la eclesiología de la comunión, promover la teología del laicado para superar el clericalismo, incentivar el ecumenismo… Madrigal puso en valor la apuesta pastoral del Papa argentino hacia “la opción por lo que aparentemente es marginal: las periferias reales y existenciales”.