Pablo, Sergio e Iván son tres jóvenes a los que la diócesis de Getafe ha cedido una ermita para evangelizar por medio de la música. Su grupo, Wellgate, comenzó hace dos años en el garaje de los padres de Pablo Guedón, donde se reunían, como él mismo dice a Vida Nueva, para “experimentar con la música y alabar a Dios a través de ella”. Un día decidieron invitar a los amigos más cercanos a rezar con ellos y el éxito fue tal que en la siguiente ocasión ya no cabían en el garaje.
“A partir de ahí nos han llamado de distintas parroquias y ha tenido muy buena aceptación”, explica. Hace unos meses el párroco de Villanueva de la Cañada les ofreció la ermita, pero el estado de la misma precisaba que fuera rehabilitada. “Comenzamos una campaña de crowdfunding con la que conseguimos lo suficiente para inaugurarla el próximo 17 de mayo”, apunta.
La intención de estos jóvenes es hacer “conciertos-alabanza” de una forma periódica, en un principio mensual, para crear asú un punto de encuentro para que los jóvenes puedan alabar a Dios y, de paso, crear comunidad. “El Papa invita en Christus vivit a habilitar este tipo de lugares que fomenten los encuentros juveniles, que utilicen la música como nuevo modo de evangelizar”, recuerda Pablo.
La música como alabanza
Si bien son tres jóvenes los que están llevando con más fuerza el proyecto, es mucha mas gente la que está involucrada en él. “Los tres estamos involucrados desde hace tiempo en la diócesis de Getafe y en distintos proyectos musicales”, dice. Hace un par de años, en conversaciones tanto con Sergio como con Iván, se dieron cuenta de que “el Espíritu Santo nos infundía algo diferente a lo que habíamos tenido antes”.
Y es que, hasta el momento, estos jóvenes habían estado en grupos de música en los que tocaban música cristiana en peregrinaciones y eventos, pero veían que aquello “no era lo que Dios quería de nosotros y nos fuimos dando cuenta de que Él nos quería abriendo un canal para alabarle y ayudar a los demás a rezar con la música”. “Antes sí que rezábamos y hacíamos música cristiana, pero no era este tipo de música que incitaba a las personas a alabar”, asevera.
Estos jóvenes han estado en diferentes sitios de Europa. De hecho, aunque ninguno de los tres es carismático, Iván estuvo viviendo con una comunidad carismática en Inglaterra. “En el extranjero tuvimos mucha experiencia de distintos grupos, sobre todo de fe protestante, que hacían música contemporánea y a la vez alababan a Dios”, dice Pablo, y en todo esto pudieron comprobar que esta forma de rezar en la Iglesia católica “no estaba desarrollada del todo, mucho menos a nivel diocesano o de parroquias”.
Este fue el motivo por el que pensaron en un sitio que fuera un punto de encuentro para jóvenes que funcionase para rezar y alabar a Dios a través de la música, “porque todavía escuchamos música del tiempo de nuestras abuelas para hacer este tipo de alabanzas”.
