Este lunes dio inicio la CVII Asamblea Plenaria de los obispos mexicanos en sus instalaciones en Casa Lago, ubicada en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, con la participación de unos 150 obispos de todo el país y el nuncio Apostólico, Franco Coppola, quien en su mensaje planteó al episcopado nacional seis sectores que para el papa Francisco representan un desafío pastoral.
El representante del Santo Padre advirtió que es notorio cómo en muchas ocasiones el papa Francisco ha hecho hincapié en el escaso papel de la mujer en la Iglesia. Añadió que el Papa ha admitido que sufre cuando ve “en la Iglesia o en algunas organizaciones eclesiales que la función de servicio de la mujer, que todos tenemos y debemos tener, se transforma en un papel de servidumbre”.
Por lo que el Papa ha resaltado que “la mujer tiene una especial sensibilidad por las ‘cosas de Dios’…, en especial para ayudarnos a comprender la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene para nosotros”.
Franco Coppola señaló que en toda visita que realiza el Papa, ya sea “con palabras preparadas o improvisadas pero siempre colmadas de entusiasmo, habla a los jóvenes y de los jóvenes”.
Asimismo, mencionó que el Santo Padre ha advertido que “debemos estar atentos, como Iglesia, a no perder el entusiasmo y el compromiso; por ello ‘nos hace falta crear más espacios donde resuene la voz de los jóvenes’, pues ellos son quienes ayudarán a mantenerla joven”.
En torno a este tema, manifestó el Nuncio Apostólico que el Papa habla continuamente a ellos y sobre ellos. Refirió palabras del Santo Padre al respecto: “tendamos, hermanos, la mano a los pobres; salgamos a su encuentro y mirémoslos a los ojos para abrazarlos y para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad”.
Continuó: “Salgamos y no cerremos los ojos ni nuestras manos ante la pobreza que siempre nos desafía con sus muchas caras marcadas por el dolor, la marginación, la opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la privación de la libertad y de la dignidad, de la ignorancia, la falta de trabajo y el acceso a los bienes más básicos, del tráfico de personas y esclavitud, del exilio y la miseria, y de la migración forzada”.
El representante del Papa afirmó que un tema por demás actual y muy presente en el corazón del Papa es el referido a los seminarios y a la formación de los aspirantes al sacerdocio.
Añadió que los seminaristas tienen que ser verdaderos mentores, acompañadores, modelos y guías. “¡Un grado de especialización en Teología, a nadie convierte automáticamente en persona apta e idónea para tan trascendental ministerio!”.
Por lo anterior, enfatizó que el Papa ha dicho “que los seminarios deben convertirse en verdaderas comunidades de formación; con formadores capaces de acompañar realmente de cerca a las personas. Porque la tarea y misión ahí es formar los corazones de los aspirantes al sacerdocio”.
En torno a la formación de los futuros sacerdotes, dijo el Nuncio, “es una obra de arte, y a la realización eficaz y bella de tal obra, hay que destinar a los verdaderos ‘artistas’. Pienso, por ello, si no sería hora de examinar la conveniencia de reunir los seminarios diocesanos en seminarios provinciales, en modo de asegurar, con capacitados formadores y medios idóneos, una formación de mucha mayor calidad. Seminarios en cuyo programa formativo, junto al clero diocesano sean integrados, atribuyéndoles un papel ‘significativo’ también religiosos y laicos, como de suyo nos ha recientemente pedido el Prefecto de la Congregación para el Clero”.
El Nuncio Apostólico indicó que un desafío que nos presenta hoy la catequesis es que en todas las diócesis y sus parroquias debería procurarse sea “escolarizada”, es decir, una catequesis que acompaña al niño y al adolescente durante todos los años de la escuela primaria, secundaria y preparatoria, es decir una catequesis proporcionada a las diversas edades.
Asimismo, dijo que ésta debe ser “experiencial”, no un adoctrinamiento o una simple enseñanza de conocimientos, sino más bien un acompañamiento en el hacer experiencia de Dios. “En este sector también, puede ser muy útil el acercamiento a los movimientos y a los religiosos, por lo menos con los que ya tienen un contacto fuerte y constante con los jóvenes”.
Finalmente, el Nuncio confió en que juntos, “en sinodalidad y fidelidad, en comunión afectiva y efectiva, logremos llevar a cabo con fruto bueno y abundante el proyecto del Padre en esta tierra mexicana, tanto amada por María y también protegida por sus santos”.
La asamblea de los obispos mexicanos concluirá el próximo viernes 3 de mayo, y el principal objetivo del encuentro será bajar a los planes diocesanos el Proyecto Global Pastoral 2031-2033; también se analizará el tema de la protección a menores en la Iglesia.