Este lunes 29 de abril inició la CVII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) con la asistencia aproximada de 150 obispos; y de acuerdo con el presidente del organismo, Rogelio Cabrera López, el tema de la protección a menores será parte de la agenda.
A principios de marzo pasado, la CEM dio a conocer un plan de trabajo para atender el abuso sexual de menores por parte clérigos y agentes de pastoral en el ámbito eclesial, como una respuesta al “Encuentro sobre la Protección de los Menores en la Iglesia”, que se realizó en febrero en Roma a petición del papa Francisco.
Una etapa de crisis y gran dificultad
Reunidos en la Sede de la CEM, ubicada en Casa Lago, en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, la asamblea se extenderá hasta el próximo viernes 3 de mayo, y en ella participarán el nuncio apostólico en México, los secretarios ejecutivos de comisiones episcopales y un representante de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México.
En su mensaje de apertura, Rogelio Cabrera López afirmó que los obispos de México reconocen que, como Iglesia, se atraviesa una etapa de crisis y de gran dificultad. “No solo por los escándalos que tanto han afectado nuestra credibilidad y autoridad moral, sino por el cambio de época que estamos viviendo y al que no estamos respondiendo de manera adecuada”, reconoció.
Es en este escenario tan cambiante –dijo– donde hay que situar el terrible flagelo de la pederastia, “que no hemos sabido enfrentar en el pasado, pero que ahora estamos atendiendo con toda prontitud, privilegiando la atención a las víctimas y estableciendo compromisos y protocolos adecuados”.
El reto de mantener el equilibrio
Cabrera López explicó que los protocolos para atender las denuncias sobre el abuso a los menores y a los adultos vulnerables han hecho que, en ocasiones, los sacerdotes “vean a los obispos como perseguidores o policías, minando la necesaria confianza filial que debemos despertar en ellos. Estamos en el reto de mantener el equilibrio pues no podemos encubrir delitos, pero tampoco perder a nuestros presbiterios”.
Recordó que el papa Francisco ha dicho que una de las razones originantes de la pederastia es el clericalismo. “Como pastores, estamos llamados a combatirlo con la austeridad en nuestras vidas, entendida no sólo como necesaria sobriedad personal, sino como el ejercicio austero de nuestra autoridad. Dialogar más que imponer, es nuestro reto”.
PGP también es prioridad
La CVII Asamblea Plenaria –según explicó el también Arzobispo de Monterrey– también tiene el objetivo de “programar la difusión y apropiación del Proyecto Global de Pastoral (PGP) en su interacción con los planes diocesanos y provinciales, a través del conocimiento de las orientaciones generales para su implementación, atendiendo las emergencias pastorales de la Iglesia en México a saber: la atención a jóvenes, migrantes, sacerdotes y la protección de menores”.
El PGP es un proyecto pastoral que fue solicitado por el papa Francisco a los obispos mexicanos en 2016, durante su visita a nuestro país, con miras al 2031, cuando se cumplirán 500 años del Acontecimiento Guadalupano, y al 2033, cuando se celebren dos mil años de la muerte y resurrección de Jesucristo.
Finalmente, el Presidente de la CEM hizo referencia al actual contexto político en México: “tan polarizado, no faltan voces que nos piden e incluso nos exigen, una actitud más combativa, no sólo de resistencia, sino de franca oposición. Creo que nuestra postura como obispos, debe ser de respeto hacia las autoridades civiles, sin renunciar a nuestro derecho de exponer la verdad en la que creemos; de colaboración en los asuntos que nos son comunes, pero abandonando cualquier deseo de colaboracionismo cómplice, y supuestamente útil”.