Sorprendidos Maduro y sus voceros. Así lo han afirmado muchos analistas políticos en Venezuela tras el ‘madrugonazo’ que Juan Guaidó, presidente interino, y el dirigente opositor Leopoldo López, han hecho al régimen, junto a un grupo de militares sublevados, en lo que han denominado la primera fase de la operación libertad.
Hasta el momento no ha habido una alocución oficial por parte de Nicolás Maduro, salvo un trino en el que pide a sus afectos “máxima movilización” tal como lo hiciera más temprano Diosdado Cabello, como señal de amedrentamiento a quienes han salido a la calle bajo la consigna del “cese de la usurpación”.
Lo que sí se ha registrado, fue un enfrentamiento entre los militares leales a Guaidó con los militares afectos al régimen en el puente Altamira. Luego una tanqueta conducida por militares chavistas arrolló a un grupo de manifestantes en la plaza Altamira, bastión opositor, al este de Caracas, tal como lo reseña el diario El Nacional.
Por parte de la Iglesia no se ha dado un pronunciamiento oficial aún, fuentes cercanas a Vida Nueva han confirmado que los obispos se encuentran reunidos en pleno en la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) en el sector de Montalbán. No obstante en reiteradas oportunidades, el clero ha sido frontal contra Nicolás Maduro.
Por su parte, el director de prensa de la CEV, el sacerdote Pedro Pablo Aguilar, ha dicho a Vida Nueva que “los obispos están esperando tener un panorama bien claro para poder emitir cualquier pronunciamiento”.
Si bien oficialmente –y por prudencia– en estos momentos cruciales los prelados no han actualizado su posición, sus cuentas de Twitter se han convertido en espacios para expresar en calidad de ciudadanos su descontento. Tal es el caso del cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Mérida y administrador apostólico de Caracas.
Para ello, el cardenal ha creado la etiqueta #LaIglesiaEsTuVoz para denunciar abiertamente la falta de voluntad política de Maduro y sus voceros sin la necesidad de esperar los protocolos y formas que se requieren en estos casos para pronunciarse como institución.
Como bien es sabido, la posición del cardenal ha sido crítica desde la llegada de Chávez al poder, además de desempeñar papeles clave en momentos cruciales de la historia contemporánea. Basta recordar el momento cuando fue intermediario del expresidente Chávez –hasta lo llegó a confesar–, siendo presidente de la conferencia episcopal, durante los sucesos del año 2002, cuando el entonces teniente coronel, en funciones de presidente, fue depuesto del poder.
Por otra parte, Porras tuvo mucha incidencia en el ingreso de la ayuda humanitaria, que recientemente llegó al país por apoyo de la Cruz Roja Internacional, en ese sentido fue claro: “En cuanto a la ayuda humanitaria, el papel de la Iglesia venezolana y de Cáritas Venezuela es garantizar que todo lo que se haga sea con la participación exclusiva de la sociedad civil, no puede ser la bandera de ningún ente oficial, ni de los partidos políticos”.
Foto CEV