Tras la dimisión de Lucetta Scaraffia y todo el equipo de ‘Donne Chiesa Mondo’, el suplemento mensual femenino de L’Osservatore Romano distribuido en español por Vida Nueva, se reinventa. El director del periódico, Andrea Monda, ha anunciado la publicación del número de mayo y la creación de una nueva estructura con un comité de dirección coordinado por la periodista italiana Rita Pinci, al que apoyará un grupo de 4 periodistas.
Una de las 10 mujeres que forman el nuevo comité de dirección es la española Marta Rodríguez Díaz, consagrada de Regnum Christi y directora, en Roma, del Instituto de Estudios Superiores sobre la Mujer del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, la universidad de los Legionarios de Cristo. Ella, además, fue una de las impulsoras de este instituto de pensamiento. Rodríguez Díaz presenta a Vida Nueva las primeras líneas de este nuevo proyecto en el que se ha embarcado.
PREGUNTA.- ¿Cómo le han hecho la propuesta de incorporarse a esta nueva etapa de ‘Donne Chiesa Mondo’?
RESPUESTA.- Ha sido algo bastante rápido e inesperado. Coincidí con Andrea Monda en una mesa redonda el pasado mes de abril. Yo hablé sobre cómo veía la cuestión de la mujer en la Iglesia: los desafíos, oportunidades, claves de lectura… Estuvimos hablando juntos casi dos horas, y fue una mesa redonda muy rica y estimulante. Intercambiamos tarjetas. Poco después me llegó la propuesta de formar parte del comité de dirección de ‘Donne Chiesa Mondo’, que se estaba conformando justo en esos días. Me sorprendió y honró mucho la propuesta.
P.- La nueva organización habla de un comité de dirección y una redacción formada por periodistas, ¿cuál será su papel en este engranaje?
R.- Rita Pinci será la coordinadora del grupo. Se trata de un grupo muy rico y heterogéneo, con voces y sensibilidades distintas. Cada quien aportará sus competencias y experiencia. Juntas decidiremos los temas que afrontaremos, y cómo dar voz a las mujeres y a sus dificultades dentro de la Iglesia. Creo que esto es sumamente acertado: si el comité editorial trabaja como un espacio de escucha y diálogo, ‘Donne, Chiesa e Mondo’ será un estímulo de escucha y diálogo para la Iglesia universal.
P.- Como consagrada de Regnum Christi y directora del Instituto de Estudios Superiores sobre la Mujer del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, ¿cuál espera que sea su aportación específica?
R.- Como comité de dirección nos toca trazar las líneas y temas que serán afrontados. Desde el Instituto llevamos varios años trabajando el tema del significado de la identidad sexual, del género, el tema de la mujer y la Iglesia, la violencia contra las mujeres… El próximo septiembre empezamos un diploma intensivo en Mujeres e Iglesia que me tiene entusiasmada, porque espero que se convierta en un laboratorio de ideas en este campo. Está destinado a clérigos y laicos, hombres y mujeres que tienen un papel de liderazgo o formativo en las Iglesias locales, a nivel episcopal, pontificio o académico.
Creo que el tema de la mujer en la Iglesia es un tema crucial, pero creo que faltan programas de formación que ofrezcan principios, criterios, claves de lectura… Y si queremos pasar de las ideas a la realidad, tenemos que dedicarle tiempo de calidad al tema. Espero que esta experiencia pueda dar un servicio concreto en este campo. De cara a ‘Donne, Chiesa, Mondo’, me ilusiona poder aportar este horizonte y camino recorrido, y aprender de los horizontes y caminos que traerán las otras integrantes del equipo. Estoy convencida de que nadie tiene la respuesta única para responder a los grandes desafíos de la Iglesia: la respuesta viene dada a comunidades, a grupos de personas que se ponen a la escucha los unos de los otros, y juntos a la escucha del Espíritu Santo. Así que tengo muchas ganas de aportar lo que soy y tengo, y de aprender de las demás.
P.- No sé si ya se han podido poner con el número de mayo, pero ¿qué Iglesia le gustaría que se visibilizara más a través de las páginas de la publicación?
R.- Ahora mismo se está trabajando en el primer número. Yo me imagino la revista como una oportunidad de ayudar a la Iglesia a que se piense con las categorías de mujer, como invitaba el Santo Padre en el Summit de la tutela de los menores el pasado mes de febrero. En una intervención espontánea después de la conferencia de Linda Ghisoni, Francisco habló de la importancia de integrar el pensamiento de la mujer. No se trata de desarrollar pensamiento “sobre” o “acerca” de la mujer, sino de integrar a las mujeres en la reflexión sobre la Iglesia y sobre las cuestiones que la atañen, de que pensemos hombres y mujeres juntos. Sin uno de ellos, la perspectiva es necesariamente más pobre, está “coja”. Creo que ‘Donne, Chiesa e Mondo’ puede ser un medio privilegiado en este sentido. Su auditorio es la Iglesia universal, formada por hombres y mujeres.
P.- El nuevo comité es muy internacional, ¿qué voces llegarán hasta la revista?
R.- La aventura tiene que comenzar todavía… yo creo que tienen que llegar voces de todo el mundo. La Iglesia no es la curia romana ni Europa. La Iglesia necesita pensarse también con la sensibilidad y perspectivas de todos los continentes, de todos los pueblos. Si es Iglesia católica y universal, todas las voces tienen que estar representadas en ella.