Juan Iglesias Martínez está convencido de “los datos son tozudos y dicen que hay una integración social real de los migrantes”. Fue una de las conclusiones del director de la Cátedra de Refugiados de la Universidad Pontificia Comillas durante su ponencia en las IV Conversaciones PPC, organizadas de la mano del Instituto Superior de Pastoral. Bajo el lema ‘Lloviendo piedras’, Iglesias afrontó la integración de la población inmigrante en la sociedad española.
“El sentimiento antiinmigrante en España no solo no ha crecido con la crisis, sino que ha bajado, por lo que no es mentira que el crecimiento de VOX se justifique desde ahí”, apuntó el sociólogo que suscribió cómo este hecho hace que nuestro país se haya convertido en una excepción en Europa, subrayando la permanencia y el arraigo, como principal signo de esta identificación con nuestra sociedad de acogida. Además, apreció que “no hay problemas graves de convivencia y de coexistencia pacífica, a pesar de VOX, de que un partido haya politizado el sentimiento anti inmigrante”.
La política social castigada
De esta manera, señaló que “la inmigración no es los otros, sino ‘nosotros’”. Por eso, reclamó mayores políticas de cohesión: “La política social más castigada ha sido la de integración social que se quedó en 2012 a cero y no he visto ninguna protesta en las calles. Hay que recuperar esta inversión, pero que no sean solo para la población migrante sino para todos”.
Iglesias repasó también los principales mitos sobre la migración y que salieron a la luz una vez más en el debate electoral, en el que simplemente se relacionó con las fronteras y el control de flujos. “Sin embargo, nos olvidamos de la migración real: seis millones de personas que viven con nosotros desde hace años y que necesitan políticas sociales reales”.
La informalidad del empleo
“El sentimiento de aceptación y de integración de los migrantes en la sociedad española es altísimo”, señaló al aglutinar los datos de distintos estudios y encuestas. De la misma manera, tiró por tierra los estereotipos laborales con respecto a los extranjeros, como por ejemplo, la idea de que ellos son los que han provocado la informalidad del empleo o la precariedad salarial.
“Que no nos engañen, estos rasgos son propios de nuestro sistema económico”, añadió, a la ves que destacó que lamentablemente los migrantes, soy hoy por hoy, “la vanguardia del precariado, el último escalón del precariado”.