Reportajes

Los 10 verbos del papa Francisco para saber si tienes vocación religiosa

  • En Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebra este domingo, Bergoglio invita a los jóvenes a “arriesgar por Dios”
  • Las vocaciones nativas se han duplicado en los últimos 30 años, sobre todo en África y Asia





“Di ‘sí’ al sueño de Dios”. Con este lema, se celebra este domingo la LVI Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que en España tiene, además, un añadido: el de celebrar también la Jornada de las Vocaciones Nativas. Con este motivo, el papa Francisco ha escrito un mensaje con el que, inspirado en la experiencia vivida durante la reciente Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Panamá, invita a ser valientes y “arriesgar por la promesa de Dios”.

Estos son los 10 verbos que Jorge Mario Bergoglio ofrece a los jóvenes a la hora de preguntarse si eso que están sintiendo en lo más profundo es una llamada a un compromiso definitivo con Dios.

1.- Arriesgarse

La vocación es una invitación a no quedarse en la orilla con las redes en la mano, sino a seguir a Jesús por el camino que ha pensado para nosotros (…) Abrazar esa promesa requiere el valor de arriesgarse a decidir.

2.- Implicarse

Para seguir la llamada del Señor debemos implicarnos en con todo nuestro ser correr el riesgo de enfrentarnos a un desafío desconocido.

3.- Abandonarse

Debemos dejar todo lo que nos puede mantener amarrados a nuestra pequeña barca, impidiéndonos tomar una decisión definitiva.

4.- Descubrirse

Se nos pide esa audacia que nos impulse con fuerza a descubrir el proyecto que Dios tiene para nuestra vida.

5.- Fiarse

Cuando estamos ante el vasto mar de la vocación, no podemos quedarnos a reparar nuestras redes, en la barca que nos da seguridad, sino que debemos fiarnos de la promesa del Señor.

6.- Amar

La Iglesia es nuestra madre (…); por tanto, también debemos amarla cuando descubramos en su rostro las arrugas de fragilidad y pecado, y debemos contribuir a que sea siempre más hermosa y luminosa, para que pueda ser en el mundo testigo del amor de Dios.

7.- Recordar

No os dejéis contagiar por el miedo, que nos paraliza ante las altas cumbres que el Señor nos propone. Recordad siempre que, a los que dejan las redes y la barca para seguir al Señor, él les promete la alegría de una vida nueva, que llena el corazón y anima el camino.

8.- Comprometerse

Es necesario un compromiso renovado por parte de toda la Iglesia –sacerdotes, religiosos, animadores pastorales, educadores– para que se les ofrezcan, especialmente a los jóvenes, posibilidades de escucha y de discernimiento.

9.- Acompañar

Se necesita una pastoral juvenil y vocacional que ayude al descubrimiento del plan de Dios, especialmente a través de la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la adoración eucarística y el acompañamiento espiritual.

10.- Mirar

Debemos mirar a María. Incluso en la historia de esta joven, la vocación fue al mismo tiempo una promesa y un riesgo. Su misión no fue fácil, sin embargo no permitió que el miedo se apoderara de ella. Su “sí” fue el sí de quien quiere comprometerse y el que quiere arriesgar.

Jornada por las Vocaciones Nativas

Este domingo también se celebra en España la Jornada de las Vocaciones Nativas, las que nacen en las misiones. En los últimos 30 años se han prácticamente duplicado, pasando de 46.932 a 88.138, en lo que ha sido calificado de “crecimiento espectacular”.

La mayor parte de estas vocaciones se ha registrado en África (con 245,7 seminaristas por un millón de católicos) y Asia (con 130,6). Europa (con 65,0) y América (con 53,6) ocupan los últimos puestos. Además, estos sacerdotes nativos atienden al doble de personas que la medida universal. Así, en las misiones, hay 38.126,11 habitantes por sacerdote, más del doble que la media universal (17.439,76 habitantes por sacerdote), según los datos aportados por Obras Misionales Pontificias (OMP).

La Obra de San Pedro Apóstol–una de las OMP– es la instancia vaticana encargada de apoyar económicamente la formación de las vocaciones nativas, ayudando a la construcción de seminarios y noviciados, sosteniendo los gastos de mantenimiento, financiando los estudios, apoya a los formadores… En 2018, el Fondo Universal de Solidaridad de San Pedro Apóstol envió 21.512.405€ a los territorios de misión, del que se benefician 76.917 seminaristas (uno de cada tres seminaristas del mundo) y 5.649 novicios y novicias en su primer año canónico. De esa cantidad económica, España aportó el 9,68%, es decir, 1.907.162,34 euros que beneficiaron a 5.450 vocaciones de las misiones y 225 formadores.

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