Con todas las cautelas del mundo (“no es una promesa”), pero parece que el papa Francisco ha retomado su sueño de pisar Sudán del Sur junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby. Así al menos se lo expresó a las más de 800 religiosas participantes en la última reunión en Roma de la UISG, con las que se encontró el viernes 10 de mayo.
En un momento dado, Bergoglio les aseguró que la ansiada visita “podría” celebrarse este mismo año; concretamente, en septiembre, incluyendo una escala en el viaje que, entre los días 4 y 9 de ese mes, realizará a Madagascar, Mozambique y Mauricio. De concretarse, el Papa y el primado de la Iglesia anglicana borrarían el sinsabor que les produjo la cancelación, por cuestiones de seguridad, de la visita conjunta que ambos habían programado para 2017.
Un encuentro histórico
Lo consigan o no, los sursudaneses no olvidarán cómo, en abril, Francisco y Welby ya dieron un paso significativo hacia la paz cuando convocaron en la Casa Santa Marta a un “retiro espiritual” al que acudieron los principales líderes políticos y religiosos del país, no faltando a la cita el presidente, Salva Kiir, ni el hasta ahora líder de la oposición, Riek Machar, principales caras visibles de una soterrada guerra civil que ha marcado al país desde 2013.
“La gente –clamó desde el corazón el Pontífice– está cansada y agotada por las guerras pasadas. ¡Recuerden que con la guerra se pierde todo! Su gente hoy anhela un futuro mejor, que pasa por la reconciliación y la paz”. Aunque, si elocuentes fueron sus palabras, aún más lo fue un gesto que impactó a todos: el Papa se agachó y, de rodillas, besó los pies de quienes han de velar por que, de una vez por todas, Sudán del Sur viva en paz.
Se ha volcado con su pueblo
Vida Nueva ha contactado con la misionera española Yudith Pereira, religiosa de Jesús-María y, hasta hace poco, directora asociada de Solidarity with South Sudan. “He seguido de cerca –asegura– y he sido testigo de cómo Francisco lleva a Sudán del Sur en su corazón, nombrándolo constantemente, rezando por la paz, contribuyendo con proyectos de desarrollo y presidiendo oraciones”.
Además, “ha recibido varias veces a los obispos del país varias veces”. Y lo mismo ha hecho “con sus líderes políticos, la última vez con el gesto provocador de arrodillarse y besar sus pies para implorar la paz”.
Sellaría su compromiso
Por todo ello, “el pueblo de Sudán del Sur se siente querido y acompañado por Francisco”. Así, su visita “sellaría su compromiso y sería una fuente de alegría y ánimo para un pueblo que, desde enormes sufrimientos, lucha por la paz. La suya sería una visita al pueblo, un abrazo de paz a todos y cada uno, además de un abrazo de solidaridad de Dios con el sufrimiento humano”.
Como concluye Pereira, el viaje papal “anunciaría la acogida, el consuelo y la esperanza con la que Dios sostiene y acompaña, y sería un enorme impulso para la paz y la justicia que se construyen cada día desde los corazones comprometidos”.