“Como Iglesia, lloramos la trágica muerte de la niña, aunque nuestra fe nos dice que ella está al lado del Dios de la Vida”, aseguró la hermana María Arlina Barrales, responsable de la Comisión de Pastoral de Migrantes y Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México, luego del fallecimiento de una pequeña migrante guatemalteca en la capital del país.
El miércoles por la noche, Alexandra, una niña de 10 años, falleció en un hospital pediátrico de la Ciudad de México, a donde fue llevada desde la Estación Migratoria ubicada en la alcaldía de Iztapalapa, en la que son asegurados los extranjeros que entran al país de forma irregular.
Si bien las autoridades del Instituto Nacional de Migración informaron que la niña había sido trasladada al hospital infantil debido a una “molestia en la garganta”, la Secretaría de Gobernación, a través del Subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, afirmó que la pequeña habría fallecido como consecuencia de haber caído de una litera, y no por una complicación respiratoria.
Para la hermana Arlina Barrales, independientemente de cualquiera que haya sido la causa, la realidad –que es la muerte de la niña– no cambia, por lo que la Iglesia católica, juntos con otras organizaciones a favor de los migrantes, “pedimos que haya verdad y justicia con las muertes de las personas migrantes”, aseguró para Vida Nueva.
Consecuencia de la crisis migratoria
La religiosa considera que el deceso de la pequeña es una consecuencia trágica de la crisis migratoria que México está viviendo, pues los muros –dice– ya no sólo se encuentran en el norte del país, si no todo el territorio nacional.
Aseguró que el principio de la política migratoria tanto de Estados Unidos (como país de destino) y México (como país de tránsito) es de militarización, lo cual sólo agrava la situación de quienes migran sin documentos, con ayuda del crimen organizado o el tráfico de personas.
Arlina Barrales lamentó que el sistema político mexicano no permita que las personas puedan tener una vida de trabajo, entre otras cosas. “Entonces, una de las razones de la migración es la reunificación familiar, por eso el boom de la migración de las familias, pero las rutas por las que caminan los inmigrantes exponen a las mujeres, y mucho más a las y los niños”.
Una Iglesia solidaria
Barrales celebró que el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo Primado de México, no sólo lamentó públicamente el deceso de la pequeña, sino que manifestó su compromiso en el sentido de que la Iglesia católica en la capital del país seguirá trabajando por los migrantes.
Finalmente, la responsable de la Pastoral de Migrantes hizo un llamado a las autoridades para que busquen “soluciones de verdad, soluciones a favor de las personas migrantes y refugiadas”.
“Les pido que dejen a lado las motivaciones políticas y poderes, más bien que sirvan y gobiernen con justicia. A los fieles les pido que no se dejen nublar sus ojos y corazones para ayudar, comprender y caminar con las personas migrantes y refugiados. Como siempre lo he dicho, no sabemos si una mañana nos convertimos en migrantes a consecuencias de un sistema económico y político destructivo”, concluyó la religiosa nacida en Filipinas.