Vida Nueva Cono Sur tuvo la posibilidad de dialogar con el obispo Carlos Tissera, de Quilmes, Diócesis del Gran Buenos Aires. Esta es la segunda ‘visita ad limin’a de la que participa y nos brindó su parecer y evaluación de esta esperada estadía en Roma.
PREGUNTA.- ¿Notó cambios con respecto a la última ‘visita ad limina’ en la que participó?
RESPUESTA.- Realmente yo puedo hacer alguna comparación porque estuve en la otra ‘visita ad limina’ con el obispo de San Francisco. En general, como los mismos cardenales y prefectos nos dijeron, están más en una actitud de escuchar y estar al servicio de las diócesis y conferencias episcopales. Antes veníamos a informar y a esperar qué nos decían, qué nos corregían, y había un cierto temor. Ahora, ellos, por el modo de recibirnos, al verbalizar esta actitud, ya se creó un lindo clima. Hubo diálogo, se pudo hablar de todos los temas. Ellos también presentaron sus puntos de vista y nos pusieron al tanto de lo que está realizando cada comisión.
P.- ¿Cuáles fueron a su criterio los momentos más fuertes del encuentro?
R.- Los momentos fuertes fueron varios. Por el lado de la espiritualidad, la visita a las basílicas romanas, por supuesto; la misa que tuvimos en la tumba de San Pedro (inmediatamente, íbamos a tener el encuentro con el Papa, con todo lo que eso significa). Ese día estuvo muy marcado por la misericordia, esa mirada que Jesús le hace a Pedro en la Pasión, en donde Pedro empieza a vivir un proceso de verdadera conversión en su vida que lo dispone luego al reconocimiento del Resucitado, y de poder decir: “Tú, Señor, tú lo sabes todo… Tú sabes que te quiero”. Eso marcó mucho ese día, y después, las otras basílicas también; las homilías de (Fernando) Maletti en Letrán, el Cardenal Poli en Extramuros y (Jorge) Vázquez en Santa María La Mayor.
Por supuesto, el encuentro más hermoso, que nos llenó de mucha alegría, fue el encuentro con el Papa. Lo notamos, primero, con muy buena salud, con buen rostro, con un espíritu muy alegre…, como es él, proponiéndonos hablar de todos los temas y dispuesto a que le dijéramos cualquier cosa que nosotros observáramos en esta visita. Él también nos dio su punto de vista y algunos consejos sobre cosas que ve importantes para llevar a cabo. Nos confirmó en la alegría del anuncio del Evangelio.
P.- ¿Cómo fue la visita a los dicasterios? ¿Qué nos puede decir al respecto?
R.- Realmente, hay figuras que acompañan al Papa en la Curia romana que son verdaderas personalidades: el cardenal Ladaria en Doctrina de la Fe, el cardenal Ravasi en Cultura, el cardenal Stella en Clero, Parolin como Secretario de Estado, Joao Braz de Aviz en Vida Consagrada…, por decir los más destacados. Nos hemos sentido con todos muy agusto. Con algunos hemos tocado temas muy fuertes. También con el Pontificio Consejo para la Tutela de los Menores. Si bien es nuevo, hay un tema muy delicado, y pudimos también saborear lo que se conoció luego: el ‘motu proprio’ del Papa.
P.- ¿Cómo evalúa esta nueva ‘visita ad limina’?
R.- Fueron jornadas agotadoras, en cuanto que tuvimos visitas hasta cuatro veces al día. Y muy enriquecedor, como también la convivencia con otros obispos. La fraternidad episcopal ha brillado en estos días. Nos vamos con mucha esperanza, consolados, fortalecidos, sabiendo que nos espera un momento crítico de la vida de nuestro pueblo, de la nación. Y nuestra misión, precisamente, será la de tender puentes, la de acompañar, estar cerca de los pobres. Y, por supuesto, lo principal: no dejar de anunciar el Evangelio de Jesús.