“No tengamos miedo de emprender, con confianza en Dios y con tanto coraje, una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un canal adecuado para la evangelización del mundo actual”. De esta manera se ha expresado hoy el papa Francisco en audiencia con el Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras (PIME), que está celebrando en Roma su XV asamblea general.
El Papa ha animado a los misioneros a “renovar el celo ‘ad gentes’, para que toda su vida, sus programas, su trabajo, sus estructuras mismas, puedan sacar de la misión y del anuncio del Evangelio la sangre de la vida y los criterios de renovación”.
En sus casi 170 años de fundación, Francisco ha recordado al promotor, el entonces obispo de Pavía, Angelo Ramazzotti, quien “tomó un deseo del papa Pío IX y tuvo la feliz idea de involucrar a los obispos de Lombardía en la fundación, sobre la base del principio de la corresponsabilidad de todas las diócesis para la difusión del Evangelio a los pueblos que aún no conocen a Jesucristo”. Asimismo, ha puesto en valor a los 19 misioneros mártires que “dieron su vida por Jesús en nombre de su pueblo, sin reservas y sin cálculos personales”.
Una familia de apóstoles
Una novedad en aquel entonces, puesto que “el apostolado misionero estaba totalmente en manos de las congregaciones religiosas”, ha indicado. Al tiempo que les ha recordado que son “una familia de apóstoles, una comunidad internacional de sacerdotes y laicos que viven en comunión de vida y actividad”.
Jorge Mario Bergoglio ha subrayado también que “evangelizar es la gracia y la vocación propia de vuestro Instituto, su identidad más profunda. Pero esta misión no les pertenece, porque brota de la gracia de Dios: La primera palabra, la verdadera iniciativa, la verdadera actividad, viene de Dios y solo insertándonos en esta iniciativa divina, solo implorando esta iniciativa divina, podemos llegar a ser también –con Él y en Él– evangelizadores”.
Por último Bergoglio les ha recordado la celebración del Mes Misionero Extraordinario de octubre cuando se cumplen 100 años de la Carta Apostólica Maximum illud del papa Benedicto XV. Bajo el lema ‘Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo’, el objetivo es “despertar más la conciencia de la misión ‘ad gentes’ y retomar con nuevo ímpetu la transformación misionera de la vida y de la pastoral”.
