“Al compartir plenamente las afirmaciones del arzobispo de Reims, Éric de Moulins-Beaufort y del obispo auxiliar Bruno Feillet, en lo concerniente al triste caso de Vincent Lambert, deseamos reiterar la grave violación de la dignidad de la persona que comportan la interrupción de la alimentación y de la hidratación”. Con estas palabras se ha posicionado el Dicasterio vaticano para los laicos, la familia y la vida, en relación a la decisión del hospital de Reims en el que Lambert se encuentra en estado vegetativo desde hace 10 años.
Asimismo, han señalado que el “estado vegetativo”, es “ciertamente gravoso” pero que, sin embargo “no compromete de ninguna forma la dignidad de las personas que se encuentran en esta condición, ni sus derechos fundamentales a la vida y a los cuidados, entendidos como una continuidad de la asistencia humana básica”. Por este motivo, desde el Dicasterio consideran que la alimentación y la hidratación “constituyen una forma de cuidados esenciales proporcionados siempre al mantenimiento en vida”.
Si bien la eutanasia es ilegal en Francia, su legislación apunta que los cuidados médicos “no deben prolongarse con una obstinación irrazonable” y, ante esto, desde el Dicasterio han subrayado que “alimentar a un enfermo no constituye nunca una forma irrazonable de obstinación terapéutica mientras el organismo de la persona pueda absorber nutrición e hidratación a menos que no cause sufrimientos intolerables o resulte nociva para el paciente”.
“Eutanasia encubierta”
De acuerdo con la opinión de los padres de Lambert, que consideran que lo que el hospital pretende hacer con su hijo es una “eutanasia encubierta”, el Dicasterio ha dicho que la suspensión de estos cuidados básicos “representa, más bien, una forma de abandono del enfermo fundada en un juicio despiadado sobre su calidad de vida, expresión de una cultura del descarte que selecciona las personas más frágiles e indefensas sin reconocer su unicidad y su inmenso valor”, añadiendo que “la continuidad de la asistencia es un deber ineludible”.
De los 10 años que lleva Lambert en estado vegetativo, sus padres han pasado 6 luchando en los tribunales contra su nuera y sus hijos, quienes piden que se respete la voluntad del enfermo. Por este motivo, este lunes el hospital puso en marcha el protocolo para poner fin a su vida, con la aprobación de los médicos y de su esposa. Un procedimiento que, por el momento, se ha detenido debido a que el Tribunal de Apelaciones de París ha dado la razón a los padres de Lambert.
