Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas: “Tenemos que hacer que más personas conozcan nuestra labor”

  • La entidad la ha reelegido por un periodo de tres años, en los que se intentará “llegar a más gente”, dice a Vida Nueva
  • “Si se supiera lo que pasan las mujeres en muchos países nos daríamos cuenta de que la igualdad está lejos”

Clara Pardo

Clara Pardo ha sido reelegida como presidenta de Manos Unidas por un nuevo periodo de tres años. Así, esta mujer que entró como voluntaria en la ONG de la Iglesia en el año 2002 vuelve a estar al frente de la misma, algo de lo que, como ha dicho a Vida Nueva, se siente “orgullosa” y promete “seguir por el mismo camino, pero intentando llegar cada vez a más gente”.

Orgullosa se siente también del hecho de que Manos Unidas funcione a través de voluntarios, de haber sido testigo de cómo cambia la vida de sus beneficiarios y de estar al frente de una organización creada por mujeres y, que este año, coincidiendo con su 60 aniversario, las tiene a ellas, las mujeres, como centro de su campaña.

PREGUNTA.- ¿Cómo han sido estos últimos tres años al frente de Manos Unidas?

RESPUESTA.- Para mí han sido tres años muy bonitos. Llevo muchos años en Manos Unidas, pero centrada en la parte de proyectos, que es maravillosa porque ves lo que se hace con las ayudas, cómo le cambia la vida a la gente. He tenido la suerte de visitar muchísimos proyectos, y soy una enamorada de lo que hacemos. Siempre he creído muchísimo en Manos Unidas porque lo he podido ver con mis propios ojos, pero conocía mucho menos la otra parte, la de las delegaciones, que son la columna vertebral de Manos Unidas.

Las delegaciones, que están en toda España, que recaudan fondos a través de todo tipo de actividades, yendo a colegios, en catequesis, conciertos, conferencias… Y demuestran muchísimo ingenio en las actividades que hacen, como la ‘Operación bocata’ que se ha hecho este año en Burgos, en la que se hicieron 10.000 bocadillos en un día, y que no sirve solo para recaudar sino también para enseñar a los niños que se hace por algo, que tiene un objetivo detrás, que son los proyectos. Te das cuenta de que mucha gente junta está luchando por lo mismo, por acabar con el hambre, y ves también que todos somos necesarios.

P.- ¿Qué objetivos tienen para los próximos años?

R.- Por un lado, la continuidad, seguir haciendo lo que llevamos haciendo 60 años, porque lo hacemos muy bien. Por supuesto hay cosas que mejorar, y poco a poco se irá haciendo, pero de lo que me di cuenta hace tres años es de que la gente no sabe exactamente lo que hace Manos Unidas, y en eso hay que trabajar. No conocen nuestro trabajo lo suficiente, que somos la ONG de la Iglesia, que estamos en más de 50 países y que tenemos millón y medio de beneficiarios.

Pero no solo esto, sino que a esas personas se les cambia la vida realmente. El hecho de que un niño pueda ir a la escuela le abre ante si un futuro, por ejemplo. Yo he visto la diferencia tan grande que hay entre poder dar a luz con unas condiciones adecuadas y no hacerlo, o tener o no opciones de trabajo. Por eso, creo que es vital comunicar que esto se está haciendo y el cambio que supone para que llegue a más gente en España, porque todos tenemos que trabajar para acabar con el hambre en el mundo.

P.- Manos Unidas lleva casi seis décadas luchando contra el hambre, ¿cuáles son los principales retos a los que nos enfrentamos de cara al futuro?

R.- El reto de la indiferencia creo que es el principal. La gente no quiere saber, porque es muy duro afrontar la realidad cuando tenemos por un lado un consumismo increíble y al otro hay gente muriéndose de hambre, o el enorme desperdicio de alimentos que hacemos. Todos nos tenemos que concienciar, así que el reto es precisamente hacer ver que, si estamos juntos, podemos acabar con el hambre, pero tenemos que poner todos de nuestra parte.

Esto es muy evidente con la situación que hay ahora mismo con los refugiados y las hambrunas que se están dando por las guerras y el cambio climático. No hay derecho a que, en un mundo cada vez más globalizado, nos olvidemos de estas personas. Es normal que a la gente le duela o no le guste ver estas cosas, por eso también creo que es importante darle la vuelta a la tortilla e intentar transmitir optimismo. Si, las situaciones que enfrentamos son muy complicadas, pero tienen solución, se sale de ellas. Hay esperanza.

P.- La campaña actual habla de luchar por los derechos humanos, especialmente de las mujeres, ¿por qué cree que sigue siendo necesario esto en pleno siglo XXI?

R.- En nuestros países luchamos todos los días para conseguir la igualdad real, por cosas que son muy importantes y necesarias. Pero todo esto se agrava cuando las mujeres están en contextos de pobreza o dificultad. Si la gente supiera las situaciones por las que pasan las mujeres en los países en vías de desarrollo… Nos daríamos cuenta de que la igualdad está todavía muy lejos. Son las que se tienen que quedar en casa para cuidar de los pequeños, o levantarse temprano para ir a por el agua. Son las que no tienen derecho a la sanidad o a la educación por el hecho de ser mujer, o que si solo se tiene para dar de comer a uno de los hijos, será siempre al niño, no a la niña.

Por todo esto, lo que queríamos transmitir con la campaña es que luchamos por la igualdad de la persona, especialmente pensando en la figura de la mujer, que es a la que menos se respeta su dignidad. La imagen que escogimos para la campaña es muy representativa por eso, porque es una mujer india, en un contexto de pobreza, pero que refleja toda la dignidad del mundo. Además, Manos Unidas fue creada por mujeres, así que esta también es una manera de rendirles homenaje a ellas.

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