Como el resto de ciudadanos, los representantes públicos también se sitúan cada año ante el dilema de marcar o no la X de la Iglesia. En Vida Nueva pulsamos la opinión de varios de ellos y nos encontramos con todo un abanico de vivencias.
Andrea Levy, número dos del PP en la candidatura de José Luis Martínez Almeida para el Ayuntamiento de la capital, indica que “La Iglesia, con su labor social y asistencial, llega allí donde ninguna otra organización pública o privada en nuestro país puede hacerlo. Por ello, yo marco la X para la Iglesia, así como también la casilla para Fines Sociales”. “Gracias a la solidaridad de millones de españoles y a su extensa presencia –añade Levy–, en el último año, casi 5 millones de personas vieron cubiertas necesidades básicas como la alimentación, la asistencia sanitaria o la educación. Todo gracias a la caridad de quienes, de modo voluntario, dan lo mejor de sí para ayudar a los demás. Marcar la X es un modo de contribuir con los españoles que más lo necesitan de una manera fácil y sencilla, pero altamente constructiva”.
La hasta ahora eurodiputada Beatriz Becerra, que cierra la legislatura vinculada al Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), se define genéricamente como “cristiana”, aunque, al mismo tiempo, se muestra muy crítica en varias cuestiones con la Iglesia. Eso sí, sin dejar de ser “muy fan de Cáritas y de los misioneros católicos”. Tampoco duda en apoyar a la entidad eclesial en la Declaración de la Renta: “Desde siempre he marcado las dos casillas, Iglesia y Fines Sociales, porque, de este modo, duplico la utilización finalista social de mis impuestos, pues cada una de las opciones recibirá un 0,7% de mi cuota íntegra del IRPF. Si marco una, solo recibirá el 0,7% una de ellas; y si no marco ninguna opción, ese 0,7% irá a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), con destino a fines que no decido yo”.
La popular Isabel Díaz Ayuso, con muchas opciones de convertirse en la próxima presidenta de la Comunidad de Madrid tras el 26-M, afirma que “marco la X porque confío en la obra social de la Iglesia”. Se dice “católica”, “pero –matiza– tengo mis dudas. Perdí la fe, no sus valores”.
Luis de Velasco, portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid entre 2011 y 2015, no se considera en absoluto católico. Lo cual no es óbice para que otorgue parte de sus impuestos a la Iglesia, “considerando sobre todo su labor en el Tercer Mundo”.
Jorge Rodríguez, de Cristianos Socialistas, explica que, “como cristiano y como socialista, tengo un compromiso a favor de los que más sufren. El bien común, la justicia social, la ayuda a la familia necesitada, a la tercera edad o a la infancia son solo palabras si no van acompañadas de hechos y realidades. La X a favor de la Iglesia es un gesto directo del cristiano y del ciudadano comprometido con su sociedad, y es así porque pone recursos en manos de entidades sociales que hacen que las palabras y las buenas intenciones se conviertan en hechos y realidades”.