El 22 de mayo pasado, la Santa Sede anunció la elección de Alberto Lorenzelli, salesiano argentino-italiano, y Carlos Irarrázaval, del clero de Santiago, para obispos auxiliares, respondiendo al pedido del administrador apostólico de Santiago, el capuchino Celestino Aós, debido a que cuatro obispos auxiliares de esa arquidiócesis fueron nombrados administradores apostólicos a mediados del año pasado.
Sin embargo, este nombramiento ha provocado una doble polémica.
Por una parte, se critica al Papa por la inconsecuencia al nombrar obispos sin consulta suficiente, en un momento de grave crisis en la Iglesia en la que el mismo Papa asumió un rol protagónico que este año se ha visto muy disminuido. Hace exactamente un año, Francisco envió la carta al “Pueblo de Dios que peregrina en Chile” en la dice hacia el final de esa carta: “Con Ustedes se podrá generar la transformación necesaria que tanto se necesita. Sin Ustedes no se puede hacer nada”. Esa expresión levantó expectativas.
Más fuerte aún ha sido la polémica desatada por expresiones del obispo electo Carlos Irarrázaval. Desde el año 2011 es párroco en el Sagrado Corazón de El Bosque, parroquia en la que Fernando Karadima estuvo casi 30 años. Allí logró restaurar la comunidad, superando sus divisiones y sanando heridas.
A los pocos días del anuncio de su elección, Irarrázaval fue entrevistado por CNN-Chile ocasión en la que sostuvo que “en la última cena no había ninguna mujer sentada en la mesa y eso tenemos que respetarlo también. Jesucristo tomó opciones y no lo hizo ideológicamente”. Al ser consultado por un rol más activo de las mujeres en la iglesia, dijo “quizás a ellas mismas les gusta estar en la trastienda, puede ser”.
De inmediato surgieron voces críticas como la capellana de la cárcel de mujeres, Nelly León, religiosa del Buen Pastor, conocida en la visita del Papa Francisco a ese centro de reclusión. Entrevistada por una radioemisora dijo: “me parece terrible su aseveración sin fundamento teológico, ni histórico. Si Jesús aparece permanentemente rodeado de mujeres, es imposible pensar que en la última cena la madre de Jesús y sus amigas no estuvieran presentes. Esta es una interpretación de hombres, porque la iglesia fue configurada por hombres. Jesús se aparece resucitado a las mujeres. No sólo es una frase poco feliz, sino inexacta”.
Apunta, además, a quienes informan al Papa y le presentan propuestas. “Este es un flaco favor para la iglesia”, comentó. “Es tremendo lo que pasa, agregó, porque retrocedemos mucho con estas cosas que estancan a la iglesia. Como la poca apertura de los obispos de hoy. Yo ni siquiera espero algo de los obispos, ya no espero nada de ellos. Quisiera que bajen de sus estrados y se acerquen al pueblo de Dios”. Concluyó enfatizando que “yo no quiero ser sacerdotisa. Estoy feliz con mi servicio en la cárcel. Creo que el rol de la mujer debe estar en las tomas de decisiones”.
Irarrázaval también se refirió a los judíos al decir que tienen “una cultura machista hasta hoy día” y que “si ves a un judío caminando por la calle, la mujer va diez pasos atrás, pero Jesucristo rompe ese esquema, Jesucristo conversa con las mujeres, conversa con las mujeres adúlteras, con las samaritanas, Jesucristo deja que las mujeres lo cuiden”.
Estas afirmaciones provocaron una reunión con tres rabinos dirigentes de la Comunidad Judía en Chile, el administrador apostólico de Santiago y su obispo auxiliar, en la que Irarrázaval debió pedir disculpas. Una declaración conjunta informa que “en la ocasión el mencionado presbítero (Irarrázaval) expresó sus disculpas, las que fueron acogidas con espíritu de fraternidad por las autoridades religiosas judías” y agrega que “ambas comunidades compartimos la herencia bíblica que detalla la relación de Dios con los hombres, hemos expresado nuestra voluntad de favorecer una cultura del encuentro con la intención y el compromiso de trabajar juntos en promover los valores éticos y morales que inspiran dicha herencia”.
Otra fuerte reacción provino del movimiento “Mujeres Iglesia”, con grupos en muchas ciudades del país. Ellas están recolectando firmas para una carta en la que dicen al Papa Francisco: “necesitamos no solo hombres de bien, sino líderes preparados, con una teología y visión del mundo actualizadas, que dialoguen con los tiempos y con una experiencia lúcida y adulta. Lo que hemos escuchado del designado obispo auxiliar no tiene nada de esto y es altamente preocupante”.
En la carta dicen al Papa que “levantamos la voz para exigir pastores a la altura de la complejidad de la crisis que estamos atravesando” y se preguntan: “¿con qué criterios se está buscando a los obispos? ¿Qué participación podemos tener las comunidades para que estos errores no se sigan cometiendo? Como cristianos y cristianas adultos ya no estamos dispuestos a guardar silencio. Ese silencio contribuyó a la crisis que vivimos, por eso, no volveremos a callar”. Y finalizan: “Querido hermano Francisco, esperamos de ti designaciones que nos ayuden a enfrentar la crisis, no que la sigan profundizando”.
En una declaración pública emitida por el Arzobispado de Santiago, Irarrázaval reconoce haber utilizado expresiones que “han provocado molestia e incluso dolor en muchas personas”, agregando “quisiera pedir muy sinceramente perdón por el sufrimiento y desconcierto que mis declaraciones pudieron causar. Estoy comprometido con el Señor en trabajar por la comunión de la iglesia, sabiendo que sinodalmente todos somos constructores –mujeres y hombres- con la riqueza de nuestras diferencias, para una iglesia más acogedora e inclusiva”.