Del 1° al 3 de junio, la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC) desarrolló el congreso ‘Ecología y Vida Consagrada’, en el colegio agustiniano de la ciudad de Bogotá, como parte de sus reflexiones de cara al sínodo de la Amazonía y también de los temas que conciernen a la vida desde el enfoque de una ecología integral, bajo la perspectiva de la encíclica Laudato Si.
Más allá la típica mirada ambientalista, que más de las veces se adosa al término ecología, en esta tribuna se han dado cita importantes especialistas en el tema, quienes han hecho análisis políticos, ecoteológicos, económicos y pastorales. 500 personas atendieron al llamado de la CRC en esta sexta edición, donde religiosos, misioneros, sacerdotes y laicos se dieron cita para intercambiar pareceres, posturas, carismas y experiencias durante estos tres días.
En calidad de invitado especial ha estado fray José Rodríguez Carballo, de la Orden de los hermanos menores, arzobispo secretario para la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA).
El prelado ha dicho a Vida nueva que se siente muy impresionado de la participación: “han estado presentes como siempre muchas religiosas. Esto demuestra que la vida consagrada en Colombia está a la escucha de los retos y desafíos del momento actual y uno de estos es la ecología integral”.
“Es el grito de la tierra unido al grito del hombre”, ha señalado el prelado en referencia a lo que el Papa ha dispuesto, por tanto en esta perspectiva ha invitado a los religiosos “a descubrir en la creación la huella de Dios, dice san Francisco de Asis, inspirador del movimiento cristiano de la ecología, porque de ti altísimo las criaturas traen significación, para nosotros la creación es un sacramento”.
Asimismo ha destacado que es esencial “descubrir también que la creación no es solo la salvaguarda del ambiente, si bien esto es necesario, hay que salvar sobre todo al hombre y al hombre en relación con la creación, por tanto es una ecología integral”.
“Para nosotros los consagrados hay un gran desafío, es el educativo. Tenemos que educarnos al cuidado de la casa común y esto implica conocer la situación actual en que se encuentra la humanidad”, ha dicho.
Amar la humanidad y a la creación debe pasar necesariamente por un proceso que algunos llaman la alfabetización ecológica, “es decir poquito a poco, con pequeñas cosas, actuar”. El arzobispo también ha expresado que “la ecología no es solamente cuestión de ideas –que también hay que tenerlas– es sobre todo cuestión de práctica”.
Ana de Dios Berdugo Celi, dominica de la presentación, pertenece a la comisión de reflexión teológica encargada de organizar este congreso que desde hace 6 años se viene realizando. La religiosa ha dicho que la vida consagrada en el país tiene gran presencia en el mundo educativo, por lo cual “estamos llamados a crear esa conciencia de la ecología integral, especialmente del valor de la vida. También destacó que este espacio busca crear lazos intercongregacionales que están en toda Colombia.
“Hemos trabajado para la organización de este congreso con los documentos preparatorios que tienen para este sínodo [panamazónico], y más que aportes, nos hemos alimentado de ellos y queremos sacar conclusiones que incidan en el mismo”, agregó.
Ignacio Madera Vargas, de la sociedad el divino salvador, forma parte del equipo de teólogos de la CRC, ha expresado que el problema de lo ecológico es un problema de la vida misma en distintas expresiones, pero fundamentalmente la vida humana, no porque se quiera mantener un antropocentrismo, que en este momento se cuestiona, porque de nada sirve mirar por separado la naturaleza del ser humano
“En las situaciones de hoy está el asunto de la unión que el papa Francisco hace entre eso que ha denominado grito de la tierra y el grito de los pobres, es decir, que uno de los asuntos de este encuentro es que se retoma la opción por los pobres y los excluidos de todos los sistemas de inequidad que están dominando en la humanidad y concretamente en el país”, ha expresado.
En cuanto a las conferencias centrales se hizo un análisis de la realidad de todos los elementos políticos, económicos, éticos y sociales en torno al tema ecológico, el cual estuvo bajo la responsabilidad de especialistas en la materia, quienes abordaron el panel desde la mirada del ‘pecado estructural’.
La religiosa María Constanza Arango, coordinadora de la comisión de justicia y paz de la CRC, hizo un recuento de los mártires de Amazonía, esos religiosos que han entregado su vida por defender los territorios.
“Ya son muchos como el caso de la hermana Dorothy Stang, quien fue premiada por la ONU con la máxima mención post mortem por su defensa de los derechos humanos en la Amazonía. El caso de monseñor Alejandro Labaka”, comentó.
Arango lanzó ante el concurrido auditorio la siguiente interrogante: “¿Es esta devastación económica y humana solo expresión de problemas ecológicos o tiene sus raíces más profundas en la condición humana degradada por el pecado?”, a lo cual responde que “hablamos de esa Amazonía amenazada por culpa de las presiones de intereses económicos que ocasionan ecocidios y a eso hay que añadirle la falta de regularización de la tierra y el no reconocimiento de propiedad de los indígenas”.
German Roberto Mahecha es un laico, licenciado en teología de la Universidad Pedagógica Nacional y magister en saneamiento y desarrollo ambiental de la Pontificia Universidad Javeriana, habló sobre la ecología en su concepto taxativo como las relaciones de los organismos vivos con su entorno.
Fundamentalmente hablar de ecología es el estudio de las relaciones organismo – ambiente, si nosotros hacemos parte de esa definición es porque hacemos parte del hombre y el mundo que no podemos negar.
“Por tanto más que paisaje que conservación quiero que entendamos el concepto de ecología como relación. Son relaciones en todo sentido como lo ha propuesto el Papa en su encíclica, por tanto las relaciones con el prójimo, conmigo mismo, con la sociedad, con la cultura”, sostiene.
Jaime Díaz Ahumada, doctor en teología de la Universidad Católica de Lovaina y director de la corporación Podion, además de coordinador del comité de Búsqueda de la paz, abordó el tema político mirado desde la ecología, en especial, de los asesinatos de los líderes sociales.
“Tenemos un país realmente maravilloso, somos el segundo país en el mundo con mayor biodiversidad”, pero entre malas decisiones políticas uno de los mayores problemas ecológicos que agobian a Colombia “el de la minería es el que más destrozos trae con la anuencia del gobierno y grupos ilegales”, donde históricamente el proceso de negociaciones entre la guerrilla y los gobiernos ha traído consigo severos impactos en el ecosistema.
De hecho, el país figura en el segundo lugar de conflictos socioambientales –ha mencionado– además es el segundo donde más asesinan líderes ambientales, especialmente religiosos. “Las generaciones futuras no nos juzgarán siquiera por la guerra, sino por el país que le dejamos en el que sufrirán por falta de agua, territorios estériles e inservibles que habitarán”, puntualizó.