Bautismo en el Espíritu Santo, la unidad del Cuerpo de Cristo y el servicio a los pobres. Así se construye, según el papa Francisco, “el testimonio necesario de la evangelización del mundo”, según señaló esta mañana durante la audiencia que concedió, en el Aula Pablo VI, a los participantes de la reunión promovida por el Servicio Internacional de Renovación Carismática Católica (CHARIS).
“Evangelización que no es proselitismo sino, principalmente, testimonio de amor”, que, recordó, “es lo que llama la atención a los que se encontraban con los primeros cristianos”, porque, enfatizó el Papa, “evangelizar es amar, compartir el amor de Dios por todos”.
En la víspera de Pentecostés, cuando, como apuntó el Papa, la Renovación Carismática comienza, a sus 52 años, una nueva etapa, esta realidad eclesial “se ha desarrollado en la Iglesia por la voluntad de Dios y, parafraseando a san Pablo VI, es una oportunidad para la Iglesia”, subrayó Bergoglio.
No tener miedo a lo nuevo
Una nueva etapa, añadió, “señalada para la comunidad de todos los miembros de la familia carismática, desde donde se ejerce la presencia poderosa del Espíritu Santo para bien de toda la Iglesia”, y en donde, apuntó, se dé “un nuevo y único servicio de comunión”.
“Nuevo”, a pesar de que “existe al principio una sensación de inseguridad ante los cambios que lo nuevo puede traer” y porque “existe siempre la tentación de decir: ‘Estamos bien como estamos, estamos haciendo bien, ¿por qué cambiar?’”, peor, abundó, como dice el Señor “Yo hago nuevas todas las cosas”.
Testimonio de unidad
“Único”, para que sea “un servicio para todas las realidades de las comunidades carismáticas en el Espíritu”, porque “no hay un organismo que sirva a algunas realidades y otro organismo que sirva a otras realidades, y un tercero… y así”.
Y “servicio, no gobierno, servicio”, porque “es verdad, sabemos que en la Iglesia también el servicio es un servicio, pero no es el suyo”, y todo en comunión, “con un mismo corazón vuelto al Padre para dar testimonio de la unidad en la diversidad de carismas que el Espíritu ha suscitado en estos 52 años”.