La volatilidad política y social que se vive en los últimos días en Sudán del Norte, donde han muerto en enfrentamientos alrededor de un centenar de personas, ha estado en el pensamiento del papa Francisco en la alocución que dirigió, previa a la recitación del Regina Coeli, esta mañana, tras la misa de Pentecostés celebrada en la plaza de San Pedro.
“Las noticias que vienen de Sudán están causando dolor y preocupación”, señaló Bergoglio, quien pidió, “orar por este pueblo, para que cese la violencia y se busque el bien común en el diálogo”.
Asimismo, Francisco recordó la celebración, el día anterior, en Cracovia, de la beatificación del agustino Michal Giedroyc, ceremonia en la que participaron los obispos de Polonia y Lituania, un evento, destacó, que “alienta a los polacos y lituanos a fortalecer los lazos en el signo de fe y veneración del beato Michal, que vivió en Cracovia en el siglo XV, un modelo de humildad y caridad evangélica”.
Finalmente, el Pontífice saludó a todos los peregrinos presentes, tanto de la diócesis de Roma como de otros puntos del planeta, algunos asistentes también ala vigilia de Pentecostés en la tarde del sábado, y les pidió a todos ellos “abrirse con docilidad a la acción del Espíritu Santo, ofreciendo al mundo, en la variedad de carismas, la imagen de una fraternidad en comunión”.