“Comparto su deseo de que, incluso en un aeropuerto, una comunidad de creyentes pueda tomar forma y convertirse en levadura, sal y luz en ese entorno humano único que es un aeropuerto”. Con estas palabras se ha dirigido el papa Francisco a los capellanes de los aeropuertos, a quienes ha recibido hoy, 10 de junio, en audiencia.
“Por este motivo, no puedo dejar de mencionar a los migrantes y refugiados que llegan a los aeropuertos con la esperanza de buscar asilo o encontrar refugio, o que son detenidos en su viaje”, ha continuado el Papa, quien ha recordado a los presentes que “es parte de su cuidado pastoral asegurarse de que su dignidad humana y sus derechos estén siempre protegidos, respetando las creencias de cada uno”.
De la misma manera, Francisco ha instado, además, a las iglesias locales a que “les muestren la debida bienvenida y preocupación” a los migrantes, si bien esta es “responsabilidad directa de las autoridades civiles”.
Ayudarse de laicos y religiosos
Los capellanes de los aeropuertos se han reunido en Roma con motivo del Encuentro Mundial de Capellanes de Aviación Civil, en ocasión del XVII Seminario Mundial promovido por el Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral. Con esta premisa, Francisco ha recordado que “el desarrollo humano integral abarca toda una variedad de preocupaciones particulares de la preocupación por la persona en su totalidad, desde la preocupación por el trabajo, la cultura y la vida familiar, hasta por la religión, la economía y la política”
Por este motivo, el Papa ha animado a los capellanes a llevar a cabo su ministerio “con compromiso y entusiasmo, mirando con el corazón de Cristo a los miles de rostros que pasan para que todos puedan sentir la presencia de Dios”. De esta manera, los aeropuertos “pueden convertirse en puertas y puentes para un encuentro con Dios, pero también entre las personas, como hijos del único Padre”.
El Papa se ha mostrado, además, “complacido ante la presencia de laicos y religiosos” que trabajan con los capellanes. “Algunos de ustedes, quizás todos”, ha dicho, “son llamados además a servir en parroquias y comunidades, y esto puede resultar agotador física y espiritualmente, incluso conducir al desaliento”. Por eso, ha recomendado a los capellanes que “involucren a otros en su misión, ya sean miembros del personal del aeropuerto o de las comunidades de la iglesia local, garantizando que reciban la formación adecuada”.