No a la “ideología de género”, o aquella que se “impone como un pensamiento único y que pretende influir, incluso, en la educación de los niños”, pero sí a los “estudios de género”. O, al menos, a aquellas investigaciones que se centran en profundizar en el modo en el que las culturas representan la diferencia sexual entre hombre y mujer. Esta sería la tesis del nuevo documento publicado durante la tarde de hoy, 10 de junio, por la Congregación para la Educación Católica, titulado ‘Varón y mujer los creó. Para una vía de diálogo sobre la cuestión de género en la educación’.
Hecho público por L’Osservatore Romano durante el día de hoy, es, precisamente, en este subtítulo donde está, para el cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, el matiz diferencial de este documento, el primero que el Vaticano dedica de forma íntegra al tema de género. “El nuestro no es un documento doctrinal, sino más bien metodológico, en el que se habla de cómo educar a las generaciones más jóvenes para que se ocupen de estos temas en un momento en que hay mucha confusión al respecto”, ha dicho el purpurado a Vatican News.
Versaldi es, junto al arzobispo Vincenzo Zani, secretario del Dicasterio, quien ha firmado el documento con el que se pretende reflexionar sobre la cuestión de género en un tiempo en el que “corremos el riesgo de que se imponga en las escuelas un pensamiento único que no podemos aceptar”, ha subrayado Versaldi, reconociendo que, al mismo tiempo, los católicos “debemos ser capaces de dialogar, de renovarnos y de valorar lo bueno que ha surgido en la investigación sobre el género”.
La necesidad de la educación sexual
Y es que, para los autores del documento, “la desorientación antropológica, que caracteriza ampliamente el clima cultural de nuestro tiempo, ha ciertamente contribuido a desestructurar la familia, con la tendencia a cancelar las diferencias entre el hombre y la mujer, consideradas como simples efectos de un condicionamiento histórico-cultural”.
“Esto procede de la ideología de género, que presenta una sociedad sin diferencias de sexo y que vacía el fundamento antropológico de la familia” y que, a su vez, “lleva a proyectos educativos y leyes que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer”. En este contexto, el documento recoge la necesidad de llevar a cabo una “positiva y prudente educación sexual”.
“Verdaderamente, en el sexo radican las notas características que constituyen a las personas como hombres y mujeres en el plano biológico, psicológico y espiritual, teniendo así mucha parte en su evolución individual y en su inserción en la sociedad”, relata el documento, subrayando que “la diversidad y la complementariedad de los dos sexos, responde cumplidamente al diseño de Dios en la vocación enderezada a cada uno”. Por todo ello, la educación afectivo-sexual debería considerar “la totalidad de la persona” y exigir, por tanto, la integración de los elementos “biológicos, psico-afectivos, sociales y espirituales”.
Argumentos “racionales”
Versaldi ha subrayado que, ante todo, el texto se ha elaborado “a un nivel de razón, con argumentos racionales y no con lemas o de una manera fideísta”, ya que, para sus autores, “la razón es iluminada por la fe y la fe no es contraria a la razón”. Y matiza: “En el tema de género, sin embargo, es posible establecer un diálogo sobre la base de argumentos que no requieren la adhesión a la fe católica, a través de tres actitudes: escuchar, razonar y proponer”.
Como ejemplo de ello, indica que “existen argumentos racionales que aclaran la centralidad del cuerpo como subjetividad que comunica la identidad del ser” y que, a partir de ello, se entiende “el dato biológico de la diferencia sexual entre hombre y mujer”.
“La formación de la identidad se basa en la alteridad y, en la familia, la confrontación con la madre y el padre facilita al niño en la elaboración de su propia identidad-diferencia sexual”, ha explicado el purpurado. Por ello, “el género ‘neutro’ o ‘tercer género’ aparece como una construcción ficticia”.
Puntos de encuentro
Si bien los autores de ‘Varón y mujer los creó’ no aceptan la llamada ‘ideología de género’, reconocen que existen puntos de encuentro en la investigación de género que favorecen la comprensión mutua. “Ejemplo de ello es la igual dignidad del hombre y la mujer”, ha dicho Versaldi, “después de las formas de subordinación injusta que han marcado siglos de nuestra historia”. Otro punto de encuentro sería la educación de los niños “para que respeten a cada persona en su condición particular y diferente, ya sea por discapacidad, raza, religión, o tendencias afectivas”.