Clotilde Veniel, vecina de la localidad valenciana de Bicorp, es voluntaria de Cáritas parroquial a sus 107 años de edad, donde realiza visitas a enfermos y ayuda en la recogida de ropa usada para personas sin recursos. Según subraya su hija, también llamada Clotilde, la mujer “posee una salud y vitalidad envidiables a pesar de su edad”, y esto le permite continuar su voluntariado en Cáritas y su labor como miembro de las Amas de Casa Tyrius.
Esta longeva voluntaria no se pierde ninguna de las reuniones de la organización, y protesta porque “no me dejan hacer casi nada ya, sólo estar allí”, según explica en el semanario diocesano PARAULA. A pesar de todo, sigue ayudando a recoger ropa usada y a recaudar fondos. También sigue visitando enfermos, a los que “transmito siempre alegría, cuento chistes, y trato de darles esperanza”.
Como explica su hija, Clotilde “tiene mucho humor, mucha alegría y un espíritu muy positivo que transmite a todo el que tiene alrededor”. “No hay que hablar de problemas con los enfermos, ni de cosas tristes, ni de dolores, sólo de cosas buenas y alegres”, remarca ella.
Clotilde fue, en 1989, una de las fundadoras de la Cáritas parroquial de Bicorp y, precisamente por eso, se alegra cuando ve que una de sus nietas es la presidenta de Cáritas en la localidad valenciana de Villanueva de Castellón. En total, tiene dos hijos, cinco nietos y seis bisnietos.
Si bien le parecía imposible llegar a cumplir un siglo de vida, ahora Clotilde siente que vive “de prestado”, pero que no se cansa de “dar gracias a Dios”. “Apenas toma pastillas y antes tenía colesterol pero ahora, ni eso”, dice su hija. El único sobresalto fue hace cuatro años, cuando tuvieron que le operaron de vesícula, “el médico dijo que podía superar la operación porque tenía una naturaleza de 80 años. Está muy bien de salud, aunque con alguna limitación, pero incluso se asea ella misma”, subraya su hija.
Para Clotilde, trabajar y mantenerse activa es el secreto de su longevidad. Además, nunca ha querido dejar su casa en Bicorp. “Ella es feliz en su mesa camilla, con el teléfono cerca y un televisor en el que cada día ve la misa que se transmite desde la Basílica de la Virgen de los Desamparados a través de La 8 TV Mediterráneo”, explica la hija. Y se entretiene haciendo punto “sin gafas”, matiza.