El Comité de la Pastoral Social de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, en el estado mexicano de Chiapas, hizo un llamado urgente a los gobiernos federal, estatal y municipal a llegar a acuerdos con las comunidades indígenas de la región, pues cada vez hay un mayor empobrecimiento de éstas a causa de los megaproyectos y programas de gobierno.
En entrevista para Vida Nueva, el sacerdote Marcelo Pérez, responsable de dicho comité diocesano, afirmó que los megaproyectos del gobierno, “no sólo los actuales, sino los que se han venido imponiendo desde sexenios anteriores”, están mal planeados, pues “alimentan al sistema capitalista de muerte, al cometerse violaciones a los derechos humanos debido al despojo y privatización del territorio y de la madre tierra”.
Preocupa el impacto ambiental y cultural
Al referirse concretamente al megaproyecto del gobierno federal conocido como Tren Maya, que consiste en un servicio de transporte férreo que interconectará las principales zonas turísticas de la península de Yucatán, el sacerdote se dijo preocupado por el impacto ambiental y cultural que éste puede provocar.
“Nos preocupa porque va a ser un impacto ambiental muy fuerte, y también destruye las culturas. Y es que todo está planteado desde arriba, desde la lógica del gobierno, sin considerar la cosmovisión de los pueblos indígenas. Es ahí donde creo que no hay un diálogo”.
Marcelo Pérez lamentó que las comunidades indígenas de la región no sean sujetos de los proyectos que se realizan, “sino que que solo les dicen ‘ahí te va esto’, lo cual es muy preocupante”, dijo.
Para el religioso tzotzil –reconocido internacionalmente por su labor como defensor de los derechos humanos– es fundamental que el gobierno tome en cuenta que hay dos lógicas y dos cosmovisiones: la suya y la de las comunidades; “pero el gobierno me parece que ‘va porque va’ –apunta– de ahí la frase de ‘me canso, ganso’ que dijo el presidente. Hace consultas pero en realidad son simulaciones porque las opciones se limitan prácticamente a un ‘sí’ o a un ‘no’; es decir, no se toma en cuenta nuestra cosmovisión indígena”.
Dijo que el mismo Ejército Zapatista de Liberación Nacional se ha opuesto radicalmente al Tren Maya porque se destruyen la tierra y las culturas. Y advirtió: “cuando el gobierno va imponiendo sus programas sin diálogo con las comunidades, tarde o temprano va a ocasionar que haya más grupos que, a capa y espada, defiendan sus tierras”.
Consideró que lo ideal es el diálogo con los ancianos, presentarles los proyectos traducidos a sus lenguas, pero sobre todo, que la relación entre el gobierno y comunidades indígenas sea “desde la verdad”. “Si el gobierno dice que no habrá impacto ambiental, que de verdad así sea, y que los especialistas lo demuestren”, añadió.
Comunidades divididas
En cuanto a los programas asistenciales de gobierno, afirmó que están generando división entre las comunidades, puesto que algunos quieren seguir recibiendo dinero sin cuestionar la destrucción cultural y medioambiental, y otros no quieren esa situación de paternalismo, sino ser tomados en cuenta, dar su opinión y que los programas sean desde su lógica y cosmovisión.
Puso como ejemplo el caso del programa ‘Sembrando vida’. “Muchas de las personas beneficiadas sólo esperan recibir el dinero que les otorga el gobierno para gastarlo en las cantinas, de tal manera que no se resuelve el problema de fondo que es la falta de desarrollo. El programa está mal planeado”.
En este sentido, el sacerdote también manifestó su preocupación debido a que cada vez hay más ataques en contra de los defensores de la tierra, producto de la misma división que se vive en las comunidades.
El padre Marcelo Pérez hizo un llamado al gobierno a no repetir “los vicios de sexenios anteriores, implementar programas que promuevan y fortalezcan el trabajo colectivo comunitario y el cuidado de la tierra; no seguir generando programas que provoquen individualismo y confronten a las comunidades, y que se deroguen las leyes que no favorecen el desarrollo integral y sustentable ni los derechos de los pueblos”.