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Una exposición fotográfica muestra en Madrid la labor del ‘obispo de las sillas de ruedas’ en Camboya

  • Kike Figaredo habla con Vida Nueva acerca de la realidad de un país aun marcado por las consecuencias de la guerra
  • “La ternura con la que se hace todo en este país traspasa lo que se ve, de forma física, en las fotos”





Se suele decir que Camboya es el país de la sonrisa, algo que no deja de sorprender teniendo en cuenta que su población apenas ha podido recuperarse del genocidio y la guerra civil que vivieron hace apenas 40 años y que, aun hoy, sigue dejando víctimas. Sin embargo, las sonrisas siguen ahí, latentes. Y la belleza se impone. Una belleza que LIVEN Photography ha sabido captar a través de la ONG Sauce, y que ha dado como resultado una exposición fotográfica que se inaugura hoy en la Fundación Pons (Serrano, 138) en Madrid.

“Los fotógrafos son un matrimonio joven. Ella es médico y él arquitecto, pero les gusta tanto la fotografía que han dejado sus profesiones, de alguna manera, al 50% para dedicarse a ella de forma más profesional”, explica a Vida Nueva el obispo Enrique (Kike) Figaredo, promotor de la ONG. “Como les conozco, les invité a venir a Camboya, donde estuvieron 15 días visitando los proyectos y distintos puntos del país“, añade.

Figaredo, jesuita, conocido como el ‘obispo de las sillas de ruedas’ por su labor en el país, es en la actualidad prefecto apostólico de Battambang y miembro de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA). “Creo que la intención de LIVEN (por sus nombres, Livia y Enrique), es mostrar la belleza de Camboya y que, además de pobreza y destrucción por la guerra, hay una belleza impresionante en su gente, en sus paisajes, en la sencillez de la vida de estas personas”, señala.

Un guiño de esperanza

Pero para este obispo, la exposición refleja algo más. “Yo veo, sobre todo, un guiño de esperanza”, dice. “Veo que hay mucha vida y mucho futuro, porque cuando ves a niños discapacitados con niños no discapacitados jugando al fútbol, piensas que los principios de igualdad y de integración social están perfectamente reflejados en una sociedad que ha sufrido tanto”, reflexiona.

Y es que en Camboya “hay menos accidentes con las minas antipersona que en el pasado” pero, aun así, sigue habiendo de media 4 a la semana. El Centro Arrupe, uno de los que se muestra en la exposición, es para niños discapacitados por las minas, pero también que sufren las consecuencias de la polio y otras enfermedades. “Nos da muchísima vida”, dice Figaredo. “Hay fotos de ellos en el deporte, en el baile, en los juegos, en la escuela… Hay unas fotos preciosas de las vidas de estos niños”, subraya.

Testigos de la ternura

Sauce tiene proyectos rurales y de educación sobre todo en el entorno rural del país, pero también otros de integración como un centro textil que da trabajo a 10 personas, de las cuales, el 60% son discapacitadas físicas o intelectuales. “Nos centramos también en la construcción de escuelas”, apunta. “Hacemos al rededor de cuatro al año en las zonas rurales, porque el gobierno no llega, y esto es una rémora de la guerra”.

Además, se han centrado en el proceso de crear pozos para que la población tenga acceso al agua potable, “que es una puerta para todo”. Para empezar, para que los niños puedan estar en el colegio con tranquilidad, en lugar de perder el día buscando agua. “También construimos baños, ya que uno de los problemas más graves que tenemos, además de las enfermedades producidas por la falta de acceso al agua potable, son las que se producen por la falta de higiene básica”, explica.

“La ternura con la que se hace todo lo que se hace en este país traspasa lo que se ve, de forma física, en las fotos”, subraya Figaredo. Tanta ternura se ha puesto, que José María Olaizola cuenta en su libro ‘En el corazón del árbol solitario’, utiliza la experiencia de Figaredo para contar la historia de los servicios y misión de la Iglesia en Camboya, durante la época de la guerra y los campos de refugiados, como en la repatriación cuando acabó y, ahora, en su reconstrucción.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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