En menos de una semana, el asesinato de dos jóvenes estudiantes ha estremecido la Ciudad de México. Luego del secuestro y homicidio de Norberto Ronquillo, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado el lunes pasado en Xochimilco, este jueves se dio a conocer el crimen de Leonardo Avendaño, un estudiante de maestría en la Universidad Intercontinental, a cargo de los Misioneros de Guadalupe.
De acuerdo con información de la Arquidiócesis de México, Leonardo Avendaño hizo el curso propedéutico y tres años de Filosofía con los Misioneros de San Carlos (Scalabrinianos) de 2009 a 2013, y actualmente realizaba, en calidad de laico, un trabajo apostólico constante. El joven de 29 años esperaba contar con una especialización profesional antes de postularse para continuar su formación en algún seminario, con miras al sacerdocio.
Unidad ante la crisis de inseguridad
A través de un comunicado, la Iglesia en la Ciudad de México dijo estar profundamente lastimada por los crímenes que quitaron la vida a ambos estudiantes, por lo que llamó a sumar fuerzas con el gobierno para frenar el problema de la inseguridad.
Nos duelen estos hechos –señaló a través de un comunicado el arzobispo primado, cardenal Carlos Aguiar Retes– al igual que otros muchos que lastiman a las familias de otros mexicanos, “cuyos casos quedan en el anonimato, ocultos muchas veces por un pesado manto de corrupción, impunidad y desconfianza, de indiferencia institucional o de incapacidad desde el gobierno, tanto en el fomento de valores, como en la promoción social o en la impartición de justicia”.
Al referirse a los gobernantes, el arzobispo aseguró que estos están llamados a un esfuerzo adicional al que vienen realizando, para cumplir con uno de los elementos esenciales de su razón de ser: dar a los gobernados las condiciones necesarias para vivir seguros y en paz.
Acciones concretas y constantes
Para el Arzobispo de México, la violencia y la inseguridad que sufre el país –la cual se ha acrecentado en la Ciudad de México– reclama acciones concretas y constantes a todos los actores de la sociedad “para ponerle un freno efectivo a este grave problema”.
Dijo que más allá de preferencias, opiniones o coyunturas políticas, “todos estamos comprometidos a sumar esfuerzos; debemos ser ejemplo en la construcción de una sociedad más humana y cercana a todos, que nos urge a sembrar valores y respeto”.
El cardenal Aguiar aseguró que, como Iglesia, se ha procurado estar cerca y ser solidarios con los familiares de las víctimas, e hizo un llamado a los fieles católicos “a unirse en oración por el eterno descanso de Norberto, de Leonardo y de todas las víctimas, para que el Señor traiga consuelo a sus familiares y amigos, y para que oriente a nuestras autoridades en el combate eficaz y decidido contra la inseguridad, la injusticia y toda forma de violencia criminal”.
El Arzobispo de México señaló que ante la crisis, de manera particular la Iglesia capitalina se compromete a trabajar de cerca con las autoridades y organizaciones civiles, así como a generar una pastoral en las zonas de mayor violencia de la ciudad.
El episcopado se solidariza
Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano también lamentó el asesinato del estudiante Leonardo Avendaño, y aseguró que no se le ve fin a las situaciones de violencia que se viven en el país.
“Estamos experimentando un ambiente de grave inseguridad y miedo, por lo que hacemos nuevamente un llamado a las autoridades competentes, para que atiendan esta ola de inseguridad que ha ido creciendo en nuestro país”, dijo el organismo en un comunicado firmado por el secretario general, Alfonso Miranda Guardiola.
“Expresamos nuestra cercanía y oración a la familia de Hugo Leonardo, así como a la de Norberto Ronquillo, joven estudiante, quien fue secuestrado y asesinado la semana pasada, y a todas las familias a las que les han sido arrebatados un ser querido”.
En tanto, en una misa celebrada en la parroquia María Reina, al sur de la ciudad, con motivo de los ritos funerarios de Leonardo Avendaño, el sacerdote Ramiro Jiménez, amigo de la víctima, llamó a emprender acciones en conjunto; “donde haya dos buenas ideas, que haya una sola fuerza; coloca en este altar ideas acciones, proyectos, oportunidades, hagamos fuerza en la unidad . Abramos espacios de encuentro, de organización, dejemos de ser espectadores atemorizados… seamos constructores valientes de oportunidades y realidades posibles”.
“Leonardo, Norberto y muchos más sean nuestro impulso y nuestra causa para decidir seriamente intentarlo“, concluyó.