19 de junio: Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Sexual, la cara invisible de las guerras

  • Manos Unidas denuncia las agresiones contra mujeres a través de las víctimas que han sufrido violaciones y esterilizaciones forzadas durante el conflicto armado de Perú
  • Este 2019 se cumple una década del mandato de la ONU para abordar de forma integral esta cuestión

19 de junio: Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Sexual, la cara invisible de

La oenegé de inspiración católica Manos Unidas, en el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Sexual denuncia, denuncia que esta problemática sigue estando muy presente en el mundo. Lo hace a través del testimonio de Raquel Reynoso y Dionisia Calderón, dos mujeres que han vivido de cerca agresiones sexuales y la práctica de esterilizaciones forzadas durante el conflicto armado interno que se vive en Perú.

La otra cara de la guerra

Este 19 de junio, día fijado en 2016 para luchar contra la eliminación de la violencia sexual en los conflictos, Manos Unidas ha visibilizado este drama a través de dos de las víctimas que forman parte de la Asociación peruana SER, contraparte en el terreno de Manos Unidas. Su presidenta Raquel Reynoso aparece en un vídeo junto a Dionisia Calderón, una de las miles de mujeres que han sido víctimas de agresión en un conflicto que duró entre 1980 y el 2000.

El enfrentamiento entre el Ejército y el grupo terrorista Sendero Luminoso, “causó la muerte de casi 70 mil personas, así como innumerables violaciones y otras formas de violencia sexual, desplazamientos de campesinos y la destrucción del tejido social y económico”, denuncian desde la entidad. Yendo al campo concreto de la esterilización sexual “se estima que entre 1996 a 2000 el Estado peruano esterilizó a más de 270.000 mujeres; en miles de casos sin consentimiento o a través de engaños, amenazas y sobornos”.

Seguir luchando

Aunque han comenzado a ponerse en marcha algunas medias de apoyo a las mujeres afectadas, la reparación está siendo insuficiente. Los proyectos de entidades, muchas de ellas católicas, van dando también sus frutos. Dionisa Calderón es un ejemplo de ella, su condición de víctima impide que se resigne y por ello afirma en el vídeo: Voy a seguir luchando. Algún día encontraré justicia”.

Crímenes sexuales como violaciones, embarazos y abortos forzados son siempre una de las caras ocultas de los conflictos armados. Camuflados entre los datos de la barbarie, iniciativas como la jornada mundial sirven para sacar a la luz el drama de las víctimas de este tipo de agresiones y sus consecuencias físicas y psíquicas.

Sin cifras precisas

Este 2019 se cumple una década del mandato de la ONU para abordar de forma integral esta cuestión y “entender el flagelo de la violencia sexual relacionada con el conflicto y su impacto en la paz y la seguridad internacionales”. El último informe del Secretario General al respecto, del pasado 29 de marzo, denuncia la violencia sexual como una de las tácticas estratégicas empleadas en la guerra y el terrorismo.

Dicho documento hace especial hincapiés en zonas como Afganistán, República Centroafricana, Colombia, República Democrática del Congo, Irak, Libia, Mali, Myanmar, Somalia, Sudán del Sur, Darfur en Sudán, Siria y Yemen. A estas zonas donde sigue siendo una práctica habitual hay que sumar las que sufren las consecuencias de conflicto del pasado: Costa de Marfil, Nepal, Sri Lanka, Burundi y Nigeria.

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