Colombia sigue apostando a la cultura del encuentro en el Día Mundial de los Refugiados

  • Vida Nueva conversó con los responsables de migración y refugio del Episcopado, Cáritas y el Servicio Jesuita a Refugiados
  • En Colombia, pese a los problemas internos, la Iglesia ha abrazado los lineamientos de Francisco propuestos en sus 4 verbos: acoger, proteger, promover e integrar.

Colombia sigue apostando a la cultura del encuentro en el Día Mundial de los Refugiados

Hoy 20 de junio de 2019, en Colombia, el Día Mundial del Refugiado cumple su mayoría de edad. Precisamente en el año 2001 la Asamblea General de las Naciones Unidas decretó esta fecha como tal y en un llamado a la solidaridad el Alto Comisionado para las Naciones Unidas (Acnur), con ocasión de esta celebración, ha revelado que actualmente alrededor de 70,8 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares, de las cuales “hay casi 25,9 millones de personas refugiadas, más de la mitad menores de 18 años”. En este sentido el país no está ajeno a este flagelo, las oleadas migratorias venidas desde su vecina Venezuela –sumado a su problema desplazamiento interno, el más alto del mundo– le acarrean desafíos de los cuales la Iglesia ha sido un bastión para aliviar las cuitas que sobre sus hombros tiene el Estado.

La Iglesia colombiana ha abrazado los lineamientos de Francisco propuestos en sus 4 verbos: acoger, proteger, promover e integrar. En las zonas fronterizas y de tránsito desde la parroquia más remota hasta la comisión episcopal de movilidad humana de la conferencia de obispos, pasando por las Cáritas diocesanas y fundaciones de atención al migrante, están atentas para tender la mano a quienes han dejado todo por una vida digna.

Por ello Vida Nueva ha consultado con los referentes eclesiales que están al frente de todas estas acciones: Misael Vacca Ramírez, obispo de Duitama Sogamoso y presidente de la comisión de migración y refugio de la Conferencia Episcopal Colombiana, Héctor Fabio Henao, director de Cáritas Colombia y Luis Enrique Pinilla, secretario adjunto del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) para América Latina y el Caribe. Todos le apuestan a la cultura del encuentro, están en sintonía con Francisco.

Redes de apoyo en redes sociales

Misael Vacca Ramírez es obispo de Duitama Sogamoso, una jurisdicción que hace parte de la provincia eclesiástica de Tunja, en el departamento de Boyacá. Como responsable de la comisión episcopal de migración y refugio, en este Día Mundial del Refugiado, ha recordado que “somos conscientes de la cantidad de personas que han salido de sus países de origen buscando mejores condiciones de vida, pero en ese viaje llegan a países donde quizás encuentran el apoyo necesario como también muchas dificultades para continuar el viaje o  para quedarse”.

En ese sentido, el prelado ha destacado el valor de las redes sociales como un elemento de apoyo para estas personas en situación de migración y refugio, por eso “celebro a las diversas  instituciones y los países que tienen esta posibilidad de crear estas redes para seguir ayudando a los migrantes”.

El obispo invita a los colombianos a encontrar la oportunidad para dar una mano amiga, tratar de ayudarlos en la medida de las posibilidades: “brindándoles la información correspondiente, orientándoles donde pueden llegar, qué derechos pueden exigir y cuáles son las posibilidades en dichos países”.

“Ciertamente no es fácil resolver una situación de migración sobre todo en los actuales momentos, pero tampoco la solución sería cerrar las puertas, por eso a través de las redes sociales podemos aprovecharlas para servir a estas personas que necesitan una ayuda. Dios abra nuestras mentes y nuestros corazones para saber acoger, apoyar y brindar aquella  ayuda que esté en nuestras manos y orientarlos para que puedan continuar sus viajes o quedarse según las condiciones y  posibilidades de los migrantes”, acotó.

Que nadie sienta extranjero

Héctor Fabio Henao, director del secretariado nacional de pastoral social Cáritas colombiana, ha traducido en acciones concretas los 4 verbos del Papa. “En este Día Mundial del Refugiado el mensaje de la pastoral social es hacer que nadie se sienta extraño, que nadie se sienta forastero entre nosotros”, ha invitado, por ello un primer paso para lograr esto lo ha fundamentado en el verbo acoger: “abrir las puertas, acoger,  hacer sentir en casa a los que llegan y tratar de buscar las mejores soluciones para ellos”.

A juicio del sacerdote, el desafío del pueblo, Iglesia y autoridades en Colombia está en el proteger. “Muchas personas que transitan por nuestro país están en condiciones de vulnerabilidad, muchos sufren por la inestabilidad social de los territorios y pueden ser víctimas de abuso e incluso de reclutamiento por parte de grupos ilegales; por lo tanto, proteger es unos de los grandes desafíos en este momento frente a las poblaciones que llegan” al territorio nacional.

En cuanto al promover ha destacado que migrantes y refugiados tienen fortalezas para ponerlas al servicio de la economía, “un país puede enriquecerse de la llegada de migrantes si sabe reconocer sus potencialidades y las sabe poner  en marcha”,  por lo cual “el promover tiene que ver con la dignidad humana, con los derechos y las capacidades  de las personas que llegan a un país”.

Henao ha señalado, en relación al verbo integrar, que este tiene que ver con la posibilidad de hacer sentir parte del colectivo y reconocer a estas personas que llegan al país buscando una mejor vida, en ese sentido integrar es una tarea esencial en la que  cada individuo en lo personal pueda dar sus aportes para hacer  más fuerte la sociedad en que vivimos, en pocas palabras “es compartir el viaje, la ciudadanía, lo que somos, nuestras raíces, nuestro proyecto de sociedad y nuestro futuro”.

Con mis propias manos

El Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) tiene mucha tela que cortar en materia. Por ello, Luis Enrique Pinilla, secretario adjunto para América  Latina y el Caribe, ha asegurado que en la región la situación sigue siendo crítica, en particular los flujos de centroamericanos, venezolanos y haitianos se vienen dando en los últimos años.

También ha señalado que en “Colombia la situación creemos va a seguir siendo profundizada  y agudizada, sumado a la situación de desplazamiento interno que también está padeciendo el país. Creo que representa un reto bastante grande para el gobierno dentro de su plan de desarrollo pero también en las regiones y los municipios”.

No obstante, Pinilla acota que el ejecutivo nacional ha venido dando algunos pasos significativos. “Incluso se han venido tomando sentencias del aparato judicial que consideramos pueden ayudar en el acceso a derechos fundamentales que particularmente tiene la población venezolana; que va a seguir transitando y con vocación de permanencia en Colombia” en razón de unos niveles de urgencia y emergencia nunca antes vistos en el país.

Para el SJR “esa lectura de la realidad es la que nos lleva a plantear soluciones desde la esperanza y la hospitalidad”, en este sentido han animado no solo en América Latina y el Caribe, sino en todo el mundo su campaña de “Con mis propias manos”, cuyo fin es justamente para visibilizar este problema con las propias  personas que están viviendo la misma  situación de migración forzada.

“Ese es el horizonte  para el SJR mas allá de caer en estereotipos y obviamente en los números que  ciertamente son alarmantes y que seguramente van  a seguir aumentando, la idea es que en esas personas haya un proyecto de vida por el cual se pueda apostar y como organización católica confiamos en que estas iniciativas puedan ser apoyadas por la iglesia en su conjunto y por la sociedad civil”, finalizó.

 

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