Amal Mussa Hussain Al-Rubaye, embajador de Irak ante el Vaticano ha afirmado, en un evento sobre la migración celebrado en Roma, que la comunidad cristiana del país “está en riesgo después de la violencia perpetrada por el ISIS, pero las personas que huyeron ahora quieren regresar”. Pero, para que esto ocurra, el país necesita ayuda “para reconstruir las regiones devastadas por el reinado de terror del Estado Islámico”.
“Ni el gobierno ni la población iraquí en general quieren que los cristianos se vayan, porque sabemos que son una parte esencial de nuestra sociedad”, subrayó Al-Rubaye. “Gracias por cuidar a nuestros migrantes, pero desde este lugar, quiero decirle al mundo: si quieres ayudar a nuestros migrantes, hacedlo ayudándonos a reconstruir Irak“, añadió.
La región está siendo reconstruida desde finales de 2018, principalmente con financiación extranjera proporcionada por gobiernos como el de Hungría, pero también por organizaciones privadas como Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Los obispos de Estados Unidos piden a Trump que resuelva las tensiones con Irán
El arzobispo Timothy Broglio, de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de los Estados Unidos, ha pedido a la administración Trump por medio de una carta enviada a Mike Pompeo, secretario de Estado, que busque “un diálogo sostenido” ante las crecientes tensiones entre su país e Irán. “La situación actual es un peligro tanto para la región como para el mundo”, ha añadido.
Las tensiones entre ambos países se intensificaron el pasado mes de mayo. Desde entonces, varios barcos petroleros estadounidenses han sido atacados atacados en el Golfo de Omán. “Hay pocas probabilidades de que otra guerra en la región más inestable del mundo, donde las experiencias recientes del conflicto en Siria, Irak y Yemen aun están candentes, logre llevar la paz a la región”, subraya Broglio en la misiva, por lo que, en esta ocasión, “se necesita un enfoque diferente”.
La Iglesia anglicana admite que las denuncias por abusos han aumentado en un 50%
El número de situaciones en las que la Iglesia anglicana se ocupó de las “preocupaciones y denuncias” sobre abusos aumentó en un 50% entre 2015 y 2017. Así lo revelan las cifras publicadas por la misma Iglesia, que se encuentra a menos de dos semanas de una nueva ronda de audiencias de la Investigación Independiente sobre Abuso Sexual Infantil (IICSA).
Los incidentes relacionados con el abuso de niños y adultos vulnerables, incluidas algunas denuncias por otros delitos graves, aumentaron a 3.287 en 2017, en comparación con las 2.195 que tuvieron lugar en 2015. Las denuncias tienen que ver con hechos acontecidos tanto en el presente como en el pasado, y al rededor de un tercio de las mismas requirieron informes de diversos organismos estatales.
De los 20.000 clérigos activos de la Iglesia anglicana, las denuncias por abusos señalaron a poco más de 300 en 2017. En todos los casos se tomaron medidas dentro del clero, pero solo llegaron 72 a los tribunales civiles.