“Queremos ser fermento y anuncio profético de Jesús en el mundo”, dice a Vida Nueva Óscar Puebla, coordinador nacional de la Renovación Carismática Católica en España (RCCE). Y es que esta “corriente de gracia” celebra, entre los días 5 y 7 de julio, su XLI Asamblea Nacional en el Pabellón Amaya Valdemoro de Madrid. “La RCCE lleva 41 años en España haciendo asambleas nacionales, en las que siempre hemos intentado escuchar de manera profética la palabra de Dios”, señala.
Por ello, ‘Ensancha tu tienda, no temas’ es el lema que han escogido para esta ocasión. “En la RCC a nivel mundial estamos viviendo un momento con el que tratamos de evocar un tiempo nuevo”, apunta. Un tiempo en el que “ir más allá de los límites de nuestras seguridades y nuestros espacios de confort para poder abrirnos” y que, de esta manera, “muchos hombres y mujeres del mundo puedan entrar en la corriente de gracia que es la RCC y recibir el bautismo en el Espíritu, como nos está pidiendo el papa Francisco”.
Y es que, en este momento, se vive “una nueva etapa para la expresión carismática”, pero es un momento en el que también se reconoce la acción del Espíritu, ya que “el Señor siempre hace nuevas todas las cosas”. Así, la RCCE comprende este tiempo como una ocasión de discernimiento, “una novedad en la que estar abiertos al Espíritu y a donde él nos quiera conducir”, y todo ello se manifestará en esta nueva Asamblea.
“La RCC no es un movimiento, es una corriente de gracia”, explica Puebla. Y, si bien no fue hasta 2004 que se aceptaron los estatutos de la misma por la Conferencia Episcopal Española, esta “corriente de gracia” ya estaba presente en los grupos de oración de las parroquias desde hacía, aproximadamente, tres décadas. estatutos por la CEE. 15 años después de la aprobación de los estatutos, Puebla reconoce que “la sociedad y la mentalidad de la gente ha cambiado muy rápidamente”.
“Esto ha afectado a la vivencia del cristianismo”, dice, ya que, “estadísticamente hay menos niños que reciben los sacramentos, menos parejas que reciben el sacramento del matrimonio, y en las parroquias se ve que los cristianos practicantes han disminuido”. Ante esta realidad, la RCC intenta dar una nueva respuesta en la que ofrece un encuentro personal con Jesucristo.
“La mayoría de las personas no han vivido una transmisión de la fe en su casa o en el colegio, por eso no promovemos una catequesis inicialmente, sino un primer anuncio, y a partir de ahí que el propio Señor vaya haciendo su obra en cada uno y, a partir de ahí, surgirá la necesidad de formarnos, lo que sería la catequesis”, explica.
Escuchando las peticiones del papa Francisco, la RCC ha iniciado un nuevo único servicio de comunión a nivel internacional, Charis, que se fundamenta en tres pilares básicos. El primero de ellos, el bautismo en el Espíritu. “No es otra cosa que abrirnos a Él y proclamar que Jesús es el Señor, y darle el control al Espíritu de todos los aspectos de nuestra vida”, añade. Pero, además, esta vivencia debe ser compartida, “ofrecida a todos”. “El Papa ha pedido a los sacerdotes que en todas las parroquias se celebren seminarios de vida en el espíritu”, apunta Puebla.
“Otro de los pilares es la atención a los más necesitados, ya sea espiritual o materialmente” subraya, sin olvidar, por último, el retomar las raíces ecuménicas con las que nació la RCC y continuar el camino de comunión de hermanos cristianos de otras confesiones. “Es necesario que le prestemos toda nuestra atención a ver los puntos que nos unen, y no tanto los que nos separan”.