El Papa insta a los jóvenes a declarar la guerra al bullying

El papa Francisco ha enviado un vídeo mensaje a los jóvenes con motivo de la conferencia virtual de Scholas Occurrentes que ha tenido lugar hoy, 21 de junio, y que se ha centrado en el acoso y el ciberacoso. “Un problema que me preocupa mucho, es el que cada uno de ustedes encuentre su propia identidad”, ha dicho Francisco, pero siempre que esto se produzca “sin necesidad de disminuir u obnubilar la identidad de los demás”.

“Encontrar la propia identidad es un camino, es un camino de diálogo, es un camino de reflexión, es un camino de interioridad”, continúa el Papa, “y una manera muy fácil para no hacer este camino es el de agredir o disminuir la identidad de los demás”, ya que este es, precisamente, el punto donde nace el bullying. “Es un fenómeno de auto-compensación, de auto-valoración”, ha subrayado, “pero no encontrándome yo, sino disminuyendo al otro para sentirme más alto”. Sin embargo, el único motivo para “mirar desde arriba a abajo y mal” a otra persona de forma lícita es cuando “se la está ayudando a levantarse”. 

No temer al diálogo

Cuando este fenómeno se da en grupos juveniles, en el colegio o en los barrios, “se ve la pobreza de la propia identidad de quien agrede, que necesita agredir para sentirse persona”. “En la farmacia no venden remedios contra el bullying”, por lo que, la única manera “es el compartir, el convivir, el dialogar, el escuchar al otro, tomarse tiempo para caminar juntos, tomarse tiempo porque es el tiempo el que hace la relación”.

Por último, el Papa ha animado a los jóvenes a no tener “miedo a dialogar”, ya que “cada uno de nosotros tiene algo bueno para dar al otro, cada uno de nosotros necesita recibir algo bueno del otro”. Y, si bien el diálogo es algo que “nos hace iguales”, no lo hace “en la identidad” sino “en el camino”. “Declaren la guerra al bullying, porque eso disminuye la dignidad, y jueguen por el diálogo, jueguen por el caminar juntos, jueguen la paciencia del escuchar al otro”, ha añadido. Y es que, solo así, se conseguirá “una paz fuerte, y esa misma paz fuerte hará que descubran la propia dignidad, la propia dignidad”.