Yurimaguas, en el Alto Amazonas peruano, declarada zona de emergencia por 60 días tras el terremoto de 8.0 grados el pasado domingo 26 de mayo, a casi un mes de este suceso la vida de sus pobladores se ha venido normalizando paulatinamente, aunque siguen con el temor latente de que una situación similar vuelva a repetirse.
Carla Linares, directora de la Cáritas diocesana de esta zona, ha conversado con Vida Nueva para ofrecer un balance del trabajo que esta organización viene realizando desde que se registró el seísmo. “Lamentablemente la emergencia no ha pasado, creo que el sismo del 26 de mayo ha hecho visible a través de los medios nacionales e internacionales las condiciones precarias de la vida en la selva peruana y de la ausencia del estado”, ha dicho.
588 familias damnificadas
Linares ha informado que “a la fecha tenemos 588 familias afectadas del alto Amazonas y creo que irá en aumento porque todavía no se ha llegado a todas las comunidades, especialmente a las que se encuentran ubicadas en las cuencas del Nucuray y el Pavayacu que son afluentes del río Marañon”.
Asimismo ha aseverado que “según información del secretario técnico de defensa civil actualmente hay familias que han abandonado esa zona por temor a un nuevo evento sísmico y están migrando a Lagunas la capital del distrito, algo parecido ocurre en los distritos de Santa Cruz y Jeberos donde también se han visto afectadas varias comunidades así es que esto viene para largo”.
A la espera de más ayuda
Con el apoyo de Cáritas nacional y la Conferencia Episcopal Peruana, se han llevado 11 toneladas de ayuda humanitaria a Yurimaguas. Al respecto Linares ha señalado que la donación se ha realizado en dos partes: “la primera de 9 toneladas y media ya la recibimos y la distribuimos logrando apoyar a las familias de tres comunidades del distrito de Lagunas, Corina, Vista Alegre y Tamarate”.
“Estamos esperando la segunda parte que sería una tonelada y media más o menos para seguir llevando ayuda humanitaria a otras comunidades. Esperamos que esta ayuda aumente en la medida que pasan los días, ya varias instituciones han comprometido su apoyo estamos muy agradecidos por eso”, ha acotado.
También ha indicado que “hasta la fecha hemos podido ayudar a 120 familias de tres comunidades del distrito de Lagunas y esperamos poder llevar ayuda humanitaria a 100 familias más”.
Campaña de solidaridad y prevención
Por otra parte, la directora ha mencionado el inicio una campaña para recaudar fondos, de hecho “es la primera vez que emprendemos una acción así para ese tipo de eventos, el cual tiene un doble propósito, por un lado sensibilizar a la población a través de los medios locales sobre las medidas de prevención y el llamado a la solidaridad; por otra parte recaudar fondos para seguir apoyando a las familias que más lo necesitan”.
“Se está trabajando fuerte también con las parroquias y difundiendo la campaña a través de la red de Cáritas que de a pocos están respondiendo. A propósito hemos recibido una comunicación de la fundación Corazonistas en apoyo a la campaña y confiamos que otros más se sumen”, ha dicho.
Los primeros en la emergencia
En cuanto al trabajo de respuesta ante la emergencia, Linares ha encomiado la experiencia que ya los equipos diocesanos y de la Conferencia Episcopal tienen frente a las inundaciones. “Creo que el equipo se ha movido rápido”, incluso “hemos sido los primeros en llegar a la zona con ayuda humanitaria y estuvimos visitando las comunidades más afectadas junto con el equipo técnico de Cáritas el Perú”.
Ha agradecido a todas las Cáritas, especialmente a la red la selva, además “hemos recibido muestras de solidaridad y apoyo de muchas Cáritas hermanas” como también “estamos constantemente coordinando con los gobiernos locales, regional e INDECI (Instituto Nacional de Defensa Civil) para tener conocimiento de los reportes oficiales y de las acciones a implementar en respuesta a esta emergencia”.
Foto: Cáritas Perú