La persecución religiosa en los primeros meses de la Guerra Civil española sigue dando frutos y testimonios de santidad. Aprobado su martirio este sábado, 22 de junio, Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, beatificará a 14 religiosas concepcionistas asesinadas en la catedral de la Almudena de Madrid en 1936. Tras la autorización del papa Francisco, el pasado mes de enero, ahora María del Carmen Lacaba y 13 compañeras concepcionistas franciscanas serán declaradas beatas.
Vida Nueva repasa 6 datos básicos para acercarse al testimonio de la nuevas beatas. Un ejemplo de silencio contemplativo y de entrega evangélica a través de la oración y el sacrificio hasta el extremo.
1. El recuerdo de El Pardo
Del grupo, 10 de las hermanas pertenecían a la comunidad del convento de San José de Madrid, 2 a la del monasterio de El Pardo y otras 2 a la comunidad de Concepcionistas de Escalona. Entre el convento de San José y el monasterio de El Pardo hay un vínculo histórico ya que ambos fueron fundados por sor María de los Dolores y Patrocinio, en tiempos de Isabel II.
Las dos de El Pardo eran además hermanas, naturales de Avedillo, entre Puebla de Sanabria y Zamora. Son Carmen e Inés y de esta última contaban –como ha rescatado el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá Javier Paredes– que se le quedaban cortas las dos horas de oración y que por la noche robaba tiempo al sueño para estar en la oración.
2. De Toledo a Madrid
El convento de Escalona, en Toledo, era la casa de sor María de San José Ytoiz, abadesa de la comunidad, y de sor Asunción Pascual Nieto, la vicaria. Salieron vestidas de seglares hasta Madrid donde su memoria se pierde entre las checas.
Entre las religiosas de la comunidad de San José, Toledo está presente con sor María del Santísimo Sacramento, que nació en El Toboso el día 25 de abril de 1887. Desapareció en la persecución religiosa a los 49 años de edad y 31 de vida religiosa.
3. El final en Vicálvaro
De dos de las mártires ha quedado la documentación de cómo fueron torturadas y asesinadas por milicianos en Vicálvaro. El monasterio de El Prado fue asaltado el 21 de julio de 1936. Allí la abadesa desde hacía una allí era la Madre Inés quien ordenó que todas las hermanas se vistieran de seglares. Reunidas todas les dijo: “Hijas mías, ha llegado la hora de Dios. No olviden que somos religiosas, almas consagradas al Señor ¡Sean fuertes! Si es preciso, demos la vida por Él”.
Una vez que entraron los milicianos fueron insultadas y empujadas entre fusiles a la plaza del pueblo donde eran acusadas de ser cómplices de los ricos explotadores. En el pueblo hubo voces discordantes por la ayuda de las religiosas a algunas de las muchachas necesitadas de la población. Por ello fueron acogidas en casas de Madrid. Allí serían capturadas y fueron trasladados a la checa de Vicálvaro el 20 de agosto de 1936 Inés y Carmen, con el matrimonio que las había acogido. Serían fusilados cerca del cementerio. El cuidado del sepulturero con las religiosas hará posible que sean los dos únicos restos recuperados del grupo de mártires.
4. Hermanas de la Dama de azul
La Orden de la Inmaculada Concepción fundada por de Beatriz de Silva goza de la discreción de la vida contemplativa femenina. Sin embargo, entre sus insignes hermanas está una religiosa soriana del siglo XVII, seguramente la monja más conocida en poblaciones estadounidenses como San Antonio, San Diego, Los Ángeles o San Francisco en California, Nuevo México y Texas. Es la llamada “Dama de Azul”.
María de Jesús de Ágreda es una de las místicas que nos ha dejado el barroco español y su proceso de canonización está en marcha. Mujer sencilla, tímida, sin estudios y pero llena de sabiduría de vida, lo que hizo que fuera elegida como consejera por Felipe IV o que escribiera unos cuantos libros de espiritualidad.
Su 63 años de vida transcurrieron pacíficamente en torno a su monasterio de soriano de Ágreda. Allí se encuentra su sepultura y hoy en día se la sigue conociendo como La Venerable. Lo fascinante de la historia llega cuando a ella se le atribuyen más de 500 apariciones entre los nativos americanos, algo que fue objeto de estudio por parte de la Inquisición. Puede que algunos reconozcan al personaje gracias a la primera novela histórica del escritor Javier Sierra, la “Dama azul”, por el hábito celeste de las concepcionistas.
5. Memoria histórica
Las mártires concepcionistas ya salieron a la luz pública cuando la calle de las Mártires de la Concepción, en las inmediaciones de la calle Alcalá junto a la plaza de Manuel Becerra en Madrid fue incluida entre el callejero que contravenía la Ley de Memoria Histórica. En la primera propuesta del consistorio presidido por Manuel Carmena estaban destacados políticos franquistas.
Finalmente, la comisión que estudió este tema en el ayuntamiento de Madrid determinó que las calles dedicadas a los mártires no contravenían el espíritu y la letra de la ley. Las Mártires Concepcionistas siguen teniendo su calle cerca de la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga.
6. Despliegue episcopal
En la beatificación, las concepcionistas de hoy estarán arropadas por un número significativo de obispos. Entre otros obispos, concelebrarán, Carlos Osoro (cardenal arzobispo de Madrid), Ricardo Blázquez (arzobispo de Valladolid y presidente Conferencia Episcopal Española), Carlos Amigo (cardenal arzobispo emérito de Sevilla), Braulio Rodríguez Plaza (arzobispo de Toledo), Juan del Río (arzobispo castrense), José Carballo (secretario de la Congregación de Religiosos), Francisco Pérez González (arzobispo de Pamplona), Luis Ángel de las Heras (obispo de Mondoñedo-Ferrol), Julián López (obispo de León), José María Gil Tamayo (obispo de Ávila), Eusebio Hernández (obispo de Tarazona), Juan Antonio Martínez Camino (obispo auxiliar de Madrid), Antonio Luciano dos Santos Costa (obispo portugués de Viseu) y José Alves (obispo emérito de Évora).
Además de este despliegue episcopal, también estarán presentes algunos provinciales franciscanos y un numeroso número de Hermanos Menores ya que las concepcionistas perteneces a la Familia Franciscana.