“En orden a marcar un nuevo dinamismo y un renovado vigor en nuestra diócesis para esta nueva fase de su historia, una nueva época en la que estamos, es conveniente poner a toda la diócesis en marcha para hacer un camino juntos, un sínodo diocesano”. Así ha anunciado, a través de una carta pastoral fechada el pasado 16 de junio, la convocatoria de un nuevo sínodo para Valencia su cardenal arzobispo, Antonio Cañizares.
Entre las motivaciones que le han llevado a esta convocatoria, el purpurado esgrime su deseo de que “nuestra Iglesia local de Valencia interiorice y asimile aún más que lo ha hecho hasta ahora el Concilio Vaticano II y para asimilar e interiorizar el riquísimo magisterio de los Papas del posconcilio”, además de para que la Iglesia diocesana “se renueve desde dentro y se fortalezca”, y “conseguir una pastoral más orgánica y conjuntada en orden a una nueva evangelización urgente”.
Cañizares tiene en mente también para esta cita pastoral, a la que ya convoca a sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos, adultos y jóvenes, “estructurar adecuadamente la diócesis, para dar respuesta a los problemas y desafíos que tenemos planteados y movilizar las fuerzas en orden a conseguir las grandes metas que hoy la Iglesia se propone y los objetivos pastorales que se consideren preferenciales”.
Unos objetivos que, como señala, deberían conducir al impulso de “una pastoral de la conversión, de la santidad y del servicio samaritano entre nuestras gentes y en los países de misión”, así como para “establecer las tareas ineludibles de nuestro servicio a los hombres de hoy, particularmente a los jóvenes tan necesitados de Evangelio”.
Asimismo, el arzobispo estima que las reflexiones de esta convocatoria sinodal deberían de servir también para “repensar nuestra pastoral y centrarnos en lo esencial, en lo que es el ser y el quehacer nuclear de la Iglesia, para organizarnos mejor, de manera corresponsable, orgánica y conjuntada: en comunión eclesial”.