Al final de la misa de San Juan, el arzobispo de Turín, Cesare Nosiglia, ante una catedral repleta de creyentes, hizo la propuesta – recibida, tal como apunta La Stampa, con el aplauso de los presentes – de resolver el caso de los migrantes del Sea Watch 3 acogiéndolos en la diócesis.
“Deseo expresar mi solidaridad a quienes en Italia e incluso en nuestra ciudad se están manifestando pacíficamente para llamar la atención sobre la situación de grave e injusto sufrimiento en el que se encuentran 43 personas en el barco de Sea Watch frente a la costa de Lampedusa”, dijo el prelado, para después agregar que la Iglesia de Turín”está dispuesta a aceptar a estos hermanos y hermanas sin cargas para el Estado tan pronto como sea posible, si esto puede servir para resolver el problema”.
Más tarde, Nosiglia explicó a los medios de comunicación que “Turín es una ciudad donde muchas familias se han ofrecido a ayudar”, por lo que “obviamente, depende del gobierno y de si está dispuesto a dar este tipo de servicio”. “No queremos dinero, ni euro, queremos enfrentarnos a una situación que no puede seguir así”, ha subrayado.
Los obispos de Brasil, preocupados porque la legislación sobre la homofobia choque con la libertad religiosa
Walmor Oliveira de Azevedo, presidente de la Conferencia Episcopal brasileña, ha afirmado que “la libertad religiosa debe tenerse en cuenta al tomar decisiones sobre la criminalización de la homofobia”. Y es que, tal como recuerda Crux Now, el pasado 13 de junio la Corte Suprema de Brasil dictaminó que los actos de homofobia deberían ser considerados por el sistema judicial como delitos de la misma naturaleza que el racismo.
Azevedo señaló que “según la perspectiva cristiana, la Iglesia tiene el deber de informar y guiar a sus seguidores sobre el matrimonio y la familia” y que, por ello, “tal misión no puede ser considerada como una ofensa contra personas o grupos”. De la misma manera, el obispo ha recalcado que la Iglesia católica no “admite ningún tipo de discriminación”, así como la importancia de “la solidaridad y la acogida respetuosa de cada persona”.
El Episcopado australiano presenta al Papa sus avances en la protección de menores
Casi 40 obispos australianos pasaron ayer, 24 de junio, más de dos horas con el Papa como parte de la visita de la reunión Ad Limina Apostolorum, que no se producía para este episcopado desde 2011.
Uno de los temas que los obispos plantearon al papa Francisco fue el de los avances de la Iglesia australiana para eliminar el abuso sexual infantil y acompañar a las víctimas, así como su trabajo con los pueblos aborígenes, las esperanzas del próximo Consejo Plenario y la necesidad de encontrar nuevas formas de anunciar a Jesucristo en un país profundamente secularizado.
Por su parte, el arzobispo de Sidney, Anthony Fisher, señaló que el encuentro con Francisco fue “conmovedor y profundamente alentador”, ya que el Papa “entiende perfectamente nuestra situación en Australia”.