Francisco llama a Almería para interesarse por los proyectos de la Fundación Artcupa que une patrimonio y empleo juvenil

Aunque es muy habitual que el papa Francisco tire de teléfono para interesarse personalmente por algunas personas o instituciones, la llamada no deja de sorprender al destinatario que la recibe. Esto le ha pasado a Carlos María Fortes, párroco de la Iglesia de la Encarnación de Vera en Almeríay vicario episcopal de las zonas Norte y Levante de la provincia.

Un lienzo en blanco

Según relata a La Voz de Almería, el sacerdote escuchó nada más descolgar el siguiente saludo: “Hola, soy el padre Jorge”. La llamada era del propio papa Francisco que quería interesarse por Fundación Artcupa que ha creado el sacerdote. Una llamada de 15 minutos que se ha completado con una audiencia de unos 40 minutos en la casa Santa Marta, en el Vaticano.

En los pocos meses de vida que lleva funcionando la fundación, esta va transformando el panorama de la localidad respecto a la conservación del patrimonio y la mejora de las oportunidades laborales de los jóvenes con más dificultades. Para Fortes, este proyecto es “como un gran lienzo, que tiene por artista al Creador y cada uno de los que componemos esta obra, somos un pequeño pincel en sus manos”.

Patrimonio y integración

La fundación Artcupa para la promoción del Arte, la Cultura y el Patrimonio es una entidad que busca “potenciar el desarrollo, las habilidades y capacidades de los talentos que se encuentren en cada individuo mediante la realización de festivales, actividades artísticas y proyectos sociales que a su vez conservarán el patrimonio histórico”. Un maridaje entre conservación del pasado y progreso de los jóvenes se encuentran excluidos de la sociedad que ha llamado la atención del papa Francisco. Así, han demostrado que el arte y la cultura son unos medios estupendos para integrarse en el mundo laboral y relacional como los jóvenes necesitan.

Entre los últimos proyectos de la entidad están un curso de ayudante de concina y pastelería, la reforma del Cerro de San Cristóbal a petición del Obispado de Almería, la de la ermita de San Ramón y de la iglesia de Santa María de los Pueblos en Vera; así como la puesta en marcha de la figura de un mediador para la comunidad gitana, también en la localidad de Vera.