El aguijón y caricia. Estimular a las personas pero, a la vez animarlas y acompañarlas en sus procesos. Ser parte de los contextos de misión, vivirlos en comunión con quienes allí se encuentran. Estas han sido algunas de las ideas en las que han coincidido los participantes en la mesa redonda ‘Testimonios de sacerdotes del IEME, OCSHA, misiones diocesanas’, que ha tenido lugar hoy, 3 de julio, en el contexto de la 72 Semana Española de Misionología de Burgos.
En ella han aportado su experiencia Carmelo Pérez Aradros, parte del equipo de animación del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), Javier Martínez Moradillo, sacerdote de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA) y Arturo Javier García, delegado de Misiones de la diócesis de Valencia. Este último, a pesar de no tener experiencia misionera, ha visitado y acompañado a numerosos sacerdotes en territorios de misión, comprobando “las particularidades de cada una de ellas”.
De esta manera, los cuatro ponentes han dibujado la realidad de las misiones de la Iglesia española en el mundo, mostrando una Iglesia comprometida y llamada a evangelizar en las fronteras. Javier Martínez, por su experiencia en Cuba, ha recordado que este país no solo “se dio cuenta de la cantidad de cristianos que hay en él con las visitas papales, sobre todo con san Juan Pablo II”, sino que, además, “a pesar de los pronósticos, Cuba es un país muy religioso, donde el clero está creciendo, aunque es un país muy diverso también, pero donde la Virgen de la Caridad es un símbolo patrio para creyentes y no creyentes”.
Asimismo, Carmelo Pérez, que lleva 30 años en Zimbabue, ha subrayado que, ante todo, al IEME lo que “más le importa es la tarea de misión”, pero concebida desde “el trabajo en equipo, donde se debe dar la comunión, el discernimiento y la ayuda mutua en una opción muy clara por los pobres”. “Tenemos que vivir formando parte del pueblo en el que estamos y, aun siendo subsidarios y transitorios, debemos formar parte de ellos”, ha apostillado.
Los ponentes han destacado la importancia de la colaboración entre las distintas formas de misión y vida consagrada, y han puesto de manifiesto, tal como ha señalado Pérez Aradros, “la importancia de las congregaciones femeninas que, en muchos casos, es más numerosa que la masculina”. “La coordinación entre organizaciones misionales se hace dentro de la Diócesis”, ha añadido Martínez, “entre nosotros no importan las congregaciones ni el sindicato al que pertenezcas”.