Sucedió en Villafrati, un pequeño pueblo situado a unos 40 kilómetros de Palermo. Durante la reciente procesión dominical del ‘Corpus Christi’, el sacerdote que guiaba la comitiva, Guglielmo Bivona, rindió un homenaje al capo mafioso local Ciro Badami, que está encarcelado, deteniéndose frente a su vivienda. Arrestado en 2005, Badami colaboró estrechamente con el fallecido Bernardo Provenzano, líder histórico del clan de los ‘Corleonesi’, el más sangriento y poderoso de los que ha controlado la Cosa Nostra.
El saludo, que provocó que tanto el alcalde de Villafrati como el comisario de los Carabinieri abandonaran el lugar como protesta, no es un caso aislado. En otras muchas localidades de Sicilia y de otras regiones del sur de Italia desde hace décadas llevan produciéndose situaciones similares. Son la representación más evidente de la connivencia de algunos sacerdotes con el crimen organizado.
Mancillan así el ejemplo de curas mártires de la lucha contra la mafia, como el beato Pino Puglisi, y hacen oídos sordos de las advertencias de los Papas al respecto. La última fue de Francisco el pasado mes de octubre durante su visita a Palermo, cuando dijo que “no puede creerse en Dios y ser mafioso”.
El alcalde de Villafrati, Francesco Agnello, escribió una queja notificándole lo sucedido al arzobispo de Palermo, Corrado Lorefice, mientras que el comisario de los Carabinieri informó a la Fiscalía de la capital siciliana para que investigue el posible delito. “Si ese sacerdote fuera uno de mis asesores lo echaría”, advirtió Agnello, según el diario La Repubblica. “Yo no sé si sabía que esa era la vivienda de un mafioso condenado. Pero no puede haber equívocos con ciertas situaciones”, añadió.
El año pasado se produjo una situación similar en Villafrati cuando, durante otra procesión, el sacerdote detuvo la comitiva frente a un vecino que no tiene antecedentes penales pero cuya cercanía al ambiente mafioso “es conocida por todos en el pueblo”, advirtió el alcalde, que como el comisario de los Carabinieri también abandonó entonces la procesión.