El nuevo delegado papal de Lourdes busca “devolver la centralidad de la dimensión espiritual” al santuario

  • Antoine Hérouard, auxiliar de Lille, confiesa a Vida Nueva que la situación económica se ha estabilizado
  • “El Papa me ha pedido que ayude a los responsables del santuario a cumplir su vocación de acogida”, señala

El nuevo delegado papal de Lourdes busca “devolver la centralidad de la dimensión espiritual”

Antoine Hérouard es obispo auxiliar de la diócesis francesa de Lille, ha sido secretario de la Conferencia Episcopal de Francia y también rector del Seminario francés de Roma, a pocos pasos del Panteón. También es, desde el pasado 6 de junio, delegado apostólico en nombre del papa Francisco para el santuario de Lourdes, el foco más claro del catolicismo galo. Desde que se ha producido este nombramiento, el prelado ha tenido que recorrer ya varias veces los más de kilómetros que separar la ciudad de Lille del santuario de los Pirineos, por eso el obispo se va acostumbrando a hacer el recorrido en el tren de alta velocidad a París y el vuelo hasta el aeropuerto de Tarbes.

La misión que le han encomendado, confiesa a Vida Nueva, está relacionada con poner en orden las cuentas pero, sobre todo, “devolver la centralidad de la dimensión espiritual del santuario”.

PREGUNTA- ¿Qué supone ser delegado “ad nutum Sanctae Sedis” (es decir, a disposición de la Santa Sede) para el santuario más importante de Francia?

RESPUESTA.-El delegado es el representante del Papa, lo que pone de manifiesto la importancia que el pontífice da al santuario y a la atención a las personas que vienen a rezar a la Virgen, especialmente los enfermos, los pobres y los pequeños. Por lo tanto, el Santo padre me ha pedido que tenga esta presencia para ayudar a los responsables del santuario a cumplir, siempre mejor, la vocación del santuario en la acogido.

Antoine Hérouard Obispo Auxiliar De Lille Comisario Pontificio Lourdes Foto 3

Un refuerzo para el santuario

P.- ¿Qué indicaciones ha recibido del papa Francisco cuando le ha encomendado esta nueva tarea?

R.- Es una misión con una duración temporal, para ayudar tanto en la organización de los diferentes servicios que se ofrecen como para poner bien en el centro la dimensión espiritual. La gente viene a Lourdes para confiar su vida a la Virgen y, a través de ella, al Señor.

P.- ¿Y cómo ha sido recibido en el santuario?

R.- Ha sido muy positivo el recibimiento. Aunque el nombramiento es una novedad y hasta una sorpresa, las personas que son las responsables del santuario –tanto a nivel económico como pastoral– esperaban un tipo de refuerzo e impulso nuevo.

Algo más que control económico

P.- La gestión económica siempre ha sido una críticas en torno a Lourdes, ¿puede la trasparencia en este sentido hacer más claro el mensaje de Lourdes para los enfermos o los peregrinos?

R.- El santuario ha vivido, en los últimos 10 años, una situación económica difícil porque se han reducido los peregrinos, han permanecido más tiempo y han bajado los grupos de peregrinos organizados por movimientos y diócesis, dándose más las visitas individuales. Hace 3 años hubo un momento muy delicado para el sostenimiento económico que finalmente se saldó con una serie de medidas para encauzar la situación.

Por lo tanto ya no es un problema tan grave, aunque hay que estar pendiente pero la situación es más tranquila actualmente. Para mí, creo, lo más importante es poner bien en el centro de la vida del santuario la dimensión espiritual.

P.- Además el santuario tiene una significación para toda la Iglesia francesa, ¿cuál es su preocupación al respecto?

R.- En efecto, es una buena pregunta, ya que la propia Conferencia Episcopal tiene allí sus asambleas plenarias dos veces al año con lo que tenemos una unión muy especial con el santuario. Todas las diócesis peregrinan a Lourdes, lo que es un momento importante de la pastoral de la Iglesia de Francia. Por ejemplo, en mi diócesis de Lille organizamos una de las peregrinaciones más grandes con más de 3.500 personas cada año.

La caso Medjugorje

P.- Desde 2017 el santuario de Medjugorje cuenta con una figura similar, con monseñor Hoser. ¿Se han llegado a los extremos del templo bosnio?

R.- La situación es, a la vez, similar y muy diferente. En Medjugorje hay un doble problema: el hecho de que aunque se han vuelto a autorizar las peregrinaciones de grupos no hay un reconocimiento oficial de la Iglesia sobre la realidad de las apariciones y el hecho de que, desde el inicio, hay un problema relacional entre las autoridades del santuario y la diócesis.

En Lourdes es totalmente diverso, las apariciones están reconocidas desde hace muchísimos años y, desde el inicio, ha sido un santuario diocesano muy unido con la sede de Tarbes sin llegar a ningún tipo de confrontación. Por lo tanto, mi misión es diferente a la del delegado de Medjugorje.

Desde la Santa Sede me han explicado que esta estructura en la que hay un representante que no es la autoridad local es una realidad que existe en más lugares, como los santuarios italianos de Asís, Padua, Bari…

Focos de evangelización

P.- ¿Por qué es importante peregrinar a Lourdes?

R.- Cuando contemplo a todas esas personas que vienen a confiar sus vidas, sus sufrimientos, dificultades y esperanzas a la Virgen María me doy cuenta de la importante el hecho de esta confianza en la Virgen conduce al Señor. Esto es muy importante para el mundo de hoy, en el que muchas personas sufren y viven sus dificultades y necesitan una ayuda a través de la oración, del crecimiento de la fe.

Los santuarios son siempre lugares de la devoción popular, algo a lo que el Papa es muy sensible, y vemos que pueden ser verdaderos lugares de evangelización. Hoy que vemos que menos gente acude regularmente el domingo a la misa parroquial, se necesitan lugares así para anunciar el evangelio.

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