Al cierre de la 108° Asamblea plenaria del episcopado de Colombia han sido muchos los temas ‘urgentes’ discutidos por los prelados, quienes en esta ocasión se reunieron para abordar el tema económico. Del 1° de julio hasta ayer, viernes 5, han hecho un análisis de la realidad económica del país a la luz de la metodología del Ver, juzgar y actuar. Así lo hicieron saber – en rueda de prensa– Oscar Urbina, presidente y arzobispo de Villavicencio, Elkin Álvarez, secretario general y obispo auxiliar de Medellín, Ricardo Tobón, vicepresidente y arzobispo de Medellín, acompañados por Victor Ochoa Cadavid, obispo de Cúcuta, quien ha estado al frente de la grave situación de migrantes venezolanos en el fronterizo departamento Norte de Santander.
Vida Nueva presenta los 5 aspectos fundamentales de esta Asamblea –segunda en el año – y que según sus autoridades principalmente ha centrado “la mirada en la gran brecha social que existe entre nosotros en referencia a la desigualdad que reina en el país”, origen de todos los males de la sociedad colombiana.
Son muchos los desafíos que tiene por delante la Iglesia, por ejemplo, en febrero de 2020 en su próxima asamblea, luego del sínodo de la Amazonía, tienen previsto abordar el tema ecológico y la relación con la creación, ya con ello, en tres años han puesto en agenda el tema político, social, económico y ambiental. Cabe destacar que en esta edición, Elkin Álvarez, obispo auxiliar de Medellín, fue reelecto como secretario general de la CEC para el periodo 2019-2022.
1. Reforma agraria para la equidad
Oscar Urbina, presidente del episcopado, ha dicho que en Colombia, siendo un país bendecido por Dios con tanta riqueza, aún hay una inequidad muy grande, ha animado a los empresarios a pensar en las posibles fuentes de trabajo que puede generar y en la ayuda que pueden dar, en este aspecto “estamos demorados en abordar el tema de la tierra, y sabemos que ese fue el detonante incluso del conflicto (surgimiento de la guerrilla)”, entonces faltan dar pasos concretos, progresivos y seguros para atender a esa población excluida como campesinos, indígenas, afrodescendientes, habitantes de calle, desplazados, desmovilizados y población migrante.
“Hago un llamamiento, por lo que estoy también en un territorio [campesino], sobre la tierra, porque me parece que ahora que va iniciarse una nueva etapa del parlamento, allí hay una temática que nunca se ha abordado a profundidad”, mencionó por lo cual también ha asegurado que la Reforma agraria “está en deuda con el país desde hace 60 años cuando el doctor Carlos Lleras proyectó pero todo quedó sobre la mesa.”
2. Repensar el país
Otro de los puntos neurálgicos abordados fue el de la implementación de los acuerdos de paz. Para ello Ricardo Tobón, vicepresidente de los obispos, ha reiterado que “la Iglesia quiere la paz y está al servicio de ella”, porque “la paz no es fácil, porque implica llegar a una concordancia de voluntades por parte de todos. Mientras el egoísmo de la persona esté a flor de piel y cada uno quiera buscar sus propios beneficios, lograr sus propios proyectos, todos estaremos contra todos y todos nos estaremos destruyendo”.
Además ha exhortado a buscar la paz por todos los medios posibles, en especial el diálogo, “un diálogo verdadero, que nos siente a todos a buscar el bien común, que nos haga entender que no somos enemigos, sino que debemos construir la historia juntos”.
Respecto al ‘Bicentenario de la República’, el arzobispo ha indicado que “esta es una oportunidad para repensar el país”. “Hace 200 años hubo un proyecto: construir una patria nueva y mucha gente entregó no solo sus bienes y esfuerzos, sino que donó su vida, para que existiera lo que hoy llamamos Colombia”, acotó.
3. Caridad y fraternidad con los venezolanos
En cuanto al tema migratorio, con probabilidad de una llegada masiva de venezolanos a territorio colombiano ante la calamidad humanitaria que actualmente vive el vecino país, Víctor Ochoa Cadavid, obispo de Cúcuta ha destacado que “estamos en una crisis, es una crisis que tiene al menos 4 años” y por lo cual “tenemos que arremangarnos [estar preparados] una palabra tal vez un poco coloquial pero Colombia entera tiene que responder con caridad y fraternidad a esta crisis de los hermanos venezolanos”.
“Hay que recordar la cantidad de colombianos que pasaron a Venezuela, que fueron atendidos y ayudados”, por tanto “hoy la Iglesia quiere ser caridad, quiere ser una mano que acoge, alimenta, cura, guía, acompaña a estas personas en sus dificultades”, ha expresado.
El obispo también ha asegurado que siempre ha habido la intención del pueblo colombiano en ayudar a los migrantes venezolanos, “en el corazón de muchos colombianos esta la intención de ayudar a los que sufren”. También ha invitado a muchas otras instituciones del Estado a “asumir el drama” de la salud, trabajo, alojamiento y educación, por lo cual “no nos asustemos trabajemos”.
4. Niños apátridas en Colombia
La Iglesia igualmente ha estado atenta al problema de los niños apátridas, que nacen en Colombia pero no se les otorga la nacionalidad, cifras de la Registraduría apuntan que al menos unos 20.000 menores están en esa condición.
Al respecto Ochoa hace votos para que estos niños “ojalá pudieran ser colombianos” y “creo que si nacen en Colombia tendrían el derecho al menos a acogerlos y ayudarlos, es lo que la Iglesia ha hecho”.
El prelado ha destacado que el tema jurídico hay que dejárselo a los legisladores, es a ellos a quienes les corresponde asumir esa tarea, pero ojalá pudiéramos darles a todos esa oportunidad [de ser colombianos], porque “primero los niños”.
5. Prevenir, la tarea más grande
Un tema insoslayable durante la Asamblea fue el de los protocolos de protección de menores. En este sentido, Elkin Álvarez, secretario general de la CEC, ha señalado que “durante la asamblea se abordó también el tema de la implementación de la Carta Apostólica en forma Motu proprio ‘Vos estis lux mundi’ (Ustedes son la luz del mundo)”, la cual tiene que ver con la puesta en marcha de organismos diocesanos estables para la atención de denuncias sobre abuso a menores.
Álvarez ha explicado que “casi la totalidad de las jurisdicciones tiene organismos estables para recibir denuncias” a través de comisiones interdisciplinarias (psicólogos, canonistas, psiquiatras) en varias diócesis del país para que “no se trate solo de canalizar denuncias y activar la ruta, sino también se brinde un acompañamiento y manejo integral de estas situaciones”.
En esto concuerda Oscar Urbina, al referir que el episcopado colombiano no se ha quedado solamente para analizar lo que ha pasado, sino que lo más importante es la prevención, para ello ha invitado a pensar en acciones formativas con familias, escuelas, iglesias, jóvenes, en conjunto con instituciones de gobierno, porque “la tarea más grande es prevenir”.
Foto: CEC